Porque yo soy una cobarde que se auto-censura, este post va en metáfora (como la de hace unos años sobre la pasta de dientes). Llevo 5 años en Alemania - mi esposo 6 - y a los dos nos encantan las manzanas. A veces parece que me gustaran a mi más que a él, pero la verdad es que a ambos nos gustan. Ful. Y lo chévere de vivir aquí es que todo tiene su temporada, entonces uno nunca se cansa de nada. Al final del verano empieza la temporada de manzanas, y entonces uno (o sea, yo) empieza a emocionarse con todo lo que puede hacer con ellas, porque desde el año pasado no había manzanas. Ahora empieza la temporada de pie de manzana, pastel de manzana, Apfelstrudel, manzanas caramelizadas, compota de manzana, tarta de manzana, jugo de manzana, mermelada de manzana... ach, me siento como Buba en Forest Gump haciendo el listado de las cosas que se pueden hacer con camarones - soy muy chistosa. Estamos felices con la temporada de manzanas (aunque signifique frío) y no podemos esperar a que lleg
a veces, por mucho que intentemos, es imposible sacarnos la realidad de la cabeza...