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Mostrando las entradas de mayo, 2014

de sueños, expectativas y ambiciones

Coincidencialmente me encuentro rodeada de gente de la edad de mi hermana. Mis amigas de la universidad son pelaitas (porque yo hice la maestría ya "vieja"). Y viéndolas a ellas veo a mi hermana. Y aunque, como dice Tico, las comparaciones son odiosas, me gusta ver que mi hermana no está tan perdida como mis amigas de su edad. Ya ves, cuando cumples un cuarto de siglo te llenas la cabeza de conflictos - y ahí te llega la primera crisis existencial. Eres suficientemente grande para ser adulto, pero no lo suficientemente viejo para sentirte adulto. Y miras a tu alrededor y fijo no estás satisfecho con lo que ves.  Yo a mis 25 estaba perdida. Mi mejor amiga ya estaba planeando su tercer hijo, y yo apenas saliendo con un tipo ahí que me gustaba pero ya... Mi mejor amigo ya tenía su maestría y vivía con su novia una vida de ensueño, y yo vivía en casa de mi prima. Mis compañeros de colegio, junto con los que quedé seleccionada para "Most Likely to Succeed" estaba

de billeteras, confianzas y otras imposibilidades

A mi mamá le robaron la billetera. Otra vez . Creo que mi mamá es la única persona de su edad que tiene foto reciente en la cédula. Cuando le conté a mi esposo, su sugerencia fue que su suegra aprovechara para tomarse la nueva foto recién salida de la peluquería (ya sabes, Gise, ¡tienes una GRAN responsabilidad!). Por segunda vez en cinco años, a mi mamá le han abierto la cartera sin que ella se de cuenta y le han sacado la billetera. Lástima, ¿no? Lástima por el trajín tan horrible que es volver a sacar cédula, carné de la universidad y del seguro, tarjetas débito y crédito. Lástima por las bobadas bonitas que uno guarda en la billetera, como la foto de grado la hija, o la dirección y teléfono plastificados de la otra hija, o la carta que le escribió el sobrino cuando aprendió a escribir. Uno tiene como ganas de poner un anuncio en la billetera que diga, "Coge la plata pero déjame el resto..." Además que mi mamá no es de las que tiene billetera de "todo a mil" -

de alegorías, tatuajes, y otras metáforas mal compuestas

Digamos que he estado pensando en hacerme un tatuaje. Digamos. Y digamos que hay días en que me levanto y tengo en mente exactamente el diseño que quiero, y sé exactamente donde lo quiero, y el tamaño y los colores; y digamos que lo he comentado con mis amigas cercanas y, aunque ninguna de ellas tiene tatuajes, les parece una idea genial. Digamos que mis amigas dicen que también lo han pensado, pero que quieren esperar a conseguir trabajo en el que el tema del tatuaje no sea problema (ya sabes que a algunos empleadores conservadores no les gustan los tatuajes visibles). Digamos que mis amigas me apoyan, y hasta me han dado recomendaciones y me han dicho que me acompañarían a tatuarme. En esos días en que me levanto toda positiva, voy hasta el salón de tatuajes y pido mi cita y me siento a hablar con el artista. Y definimos todo. Le gusta mi piel, dice que es apta para la tinta. Le gusta el sitio que he elegido y le parece fascinante el diseño que tengo en mente. Se puede hacer sin

de sexualidad, sensualidad y cosas que me hacen sonrojar

Estuvimos en Amsterdam este fin de semana pasado, e hicimos lo que todos los turistas hacen en Amsterdam: comimos (y compramos) queso como locos, visitamos un pueblito aledaño (Volendam) para ver las fábricas y museos de queso (sí, más queso), vimos los molinos de viento, tomamos cerveza holandesa... ...y fuimos al distrito rojo. El distrito rojo, que geográficamente se encuentra en uno de los barrios más viejos de Amsterdam, es un área donde la sexualidad, la sensualidad y las cosas que me hacen sonrojar se unen para, por lo menos, hacernos cuestionar nuestros principios, morales, ética, creencias, y ajá... nos hace cuestionar todo. Seamos sinceros: a la mayoría de los hombres que caminan por las calles y callejones del distrito rojo lo que los hace cuestionar es el precio: ¿Será que me alcanza? ¿Qué me hará por lo que tengo en la billetera ahora mismo? Ya ves, en este distrito rojo la prostitución está legalizada y licenciada. Las mujeres se encuentran en vitrinas iluminadas