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Mostrando las entradas de septiembre, 2013

La Asertividad alemana vs. la "Decencia" colombiana

En general, el alemán pasa por grosero por ser asertivo, y el colombiano para por hipócrita por ser "decente". Coloco la palabra decente  entre comillas, porque no estoy segura si es la correcta - pero por ahora sirve. Ya verás, el post de la semana pasada lo escribí con rabia. Y lo dejé así porque tengo una ique ética como bloguera, en la que (yo solita he decidido que) quiero presentarme como soy, sin muchas ediciones y (rogándole a Dios que) sin censura. Entonces, escribo lo que siento, cómo lo siento, en el momento en que lo siento. Es mi intento de honestidad virtual.  Mi punto con el post de la semana pasada era este: las diferencias culturales entre los alemanes y los colombianos son muy grandes. Y esta diferencia en particular, esta de la asertividad vs. la "decencia", ha conllevado a muchas discusiones amigables sobre mi personalidad (la mía como colombiana) y mi manejo de la amistad. Ya verás, en Alemania es correcto, decente, apropiado y esperado d

El problema de las opiniones es que todo el mundo tiene una

Cuando hablo de algo serio con alguien y esa persona me pregunta qué pienso, siempre respondo a su pregunta con otra pregunta: "¿Quieres que esté de acuerdo contigo, o de verdad quieres saber lo que pienso?" Porque una cosa es estar con una persona a la que eres cercana y darle tu opinión honesta - pero otra cosa muy diferente, muy diferente, es ponerte a hablar babosadas sin que hayan solicitado tu opinión. Mira lo que escribí sobre esto aquí y aquí . Obviamente es un tema que me altera. Por eso con frecuencia soy callada con respecto a las cosas que me aquejan, porque no quiero oír opiniones - sobre todo cuando hay gente que piensa que sus opiniones son regla y deben dictar mi camino a seguir. Entonces, ajá, la cosa se vuelve complicada. Uno de los temas en el que todo el mundo se mete es en mi dilema PERSONAL Y PRIVADO de tener mascota - perro o gato. Desear tener mascota, he descubierto, es más polémico que desear tener hijos, o desear no tenerlos. Entre mi esp

Zufrieden

"¿Cómo te sientes en Alemania?", me preguntaron en alemán. Y yo, con total naturalidad, cual alemana yo misma, respondí, "Zufrieden." Desde ese momento entré en una medio crisis existencial - chistoso, ¿no? "Medio crisis." ¿Uno puede tener una "medio" crisis? No es, acaso, una crisis aquello que tienes o no - como el embarazo. Uno no puede estar un poquito embarazada... Empecemos por el principio: zufrieden , sin que yo le meta filosofía a la cosa, significa "satisfecho" ( Zufriedenheit  = satisfacción). Pero no satisfecho de lleno, como la sensación de felicidad que tiene uno después del segundo plato de sancocho; esa llenura deliciosa es satt . Cuando Herr Müller, mi profesor alemán de alemán en Barranquilla, me enseñó la palabra, tuvimos una larga discusión (que no terminó 4 meses después, cuando me vine a Alemania) sobre los alemanes y su necesidad de satisfacción. A los alemanes les gusta estar zufrieden - satisfechos - p

La historia - o la situación - de Punker Jan

Conocí a Punker Jan una tarde de verano en la playa. Había hecho tanto calor en las pasadas semanas que la temperatura del agua llegó a niveles récord que desde décadas no se veían - supuestamente, porque no he encontrado registros para evidenciar esto, pero ajá. Esa tarde, un miércoles, Honey y yo fuimos a almorzar a la playa. Llevamos nuestro asador (chiquito, perfecto para una pareja de recién casados), media bolsa de carbón, líquido inflamable para acelerar y asegurar un buen fuego. Con la mochila colgada al hombro y el sombrero vueltiao portado con orgullo, nos sentamos en la arena a disfrutar de la tarde y a esperar a que se asara nuestro almuerzo. En esas se nos acercó un joven alemán. Nos pidió si, después de haber asado toda nuestra comida, podría él utilizar nuestro asador y nuestra brasa para asar unas pechugas de pollo. Dijimos que por supuesto.  Al cabo de una media hora, se acercó el joven con sus pollos, y le cedimos el asador. Viendo que esa asada iba pa' la

Aniversario de Papel

Honey y yo cumplimos un año de casados. Aunque habíamos acordado que no nos daríamos regalos, porque ajá (no teníamos ninguna buena excusa excepto la pereza de buscar), ambos sorprendimos el uno al otro con detalles de papel - porque el primer aniversario de casados es el aniversario de papel. Él me regaló un bono (de papel, por supuesto, para continuar con la tradición) para un masaje corporal de verano con manzana verde. Me encantan los masajes y me encantan las manzanas, así que estoy ansiosa por disfrutar mis 55 minutos de deliciosura muy pronto - y un té de manzana para finalizar.  Yo le regalé a él un poema enmarcado en un marco de papel - ya ves que soy fan de las tradiciones.  (Lástima que este regalo para Honey me confirmó que hace rato dejé de ser poeta para convertirme en poetisa, de esas de los años 50 del siglo pasado. Que vergüenza.) A nuestro matrimonio y a nuestro futuro nos regalamos un mapa del mundo (¡enorme!) para poder marcar todas las ciudades que