Ayer estaba en el parque con #littlebabyHergett y de repente -así, de la nada- se me acercó un niño de unos 3 años. "Discúlpenme," me dice. "¿Quiere jugar a los piratas conmigo?" Yo me sonrío y le digo, "Yo no, pero de pronto él sí," señalando a Rolfie. El niño se agacha a la altura de Rolfie y, mirándolo a los ojos, le formula la misma pregunta, pero a él lo tutea (o sea, soy vieja): "Hola jovencito. ¿Quieres jugar a los piratas conmigo?" Rolf lo mira como diciendo, Me estás tapando el sol, amigo. "Él es muy chiquito y no quiere jugar. Ustedes debería jugar conmigo," dice el niño. "No es que no quiera," le digo, sonriendo. "Es que no sabe cómo es el juego. Deberías explicarle." Él, totalmente frustrado, se gira hacia mi y me grita un poquito: "¡Yo tampoco sé cómo de juega! ¡Se trata de ser piratas! ¡Se trata de buscar tesoros y tener espadas y barcos y ser piratas y... espadas... y eso! ¡Hay piratas b
a veces, por mucho que intentemos, es imposible sacarnos la realidad de la cabeza...