Han pasado un par de días desde los ataques terroristas en París y, aunque (gracias a Dios) no he sido directamente afectada, hoy viví como esto me ha cambiado. Ya ves, sabes que me considero una persona pensante, racional, inteligente; con capacidad de distinguir y con la habilidad de evitar generalizaciones. Creo que soy suficientemente madura para no mezclar el caldo con la tajada y para ver (aún cuando no decir) las cosas como son. Pero hoy todo eso, toda esa madurez e inteligencia se fueron por la borda cuando, durante mi paseo diario con #littleBabyHergett me topé con una mujer "disfrazada" de musulmana, tapada de pies a cabeza, solo los ojos libres. Y mira mi ignorancia: no tengo ni idea cuál es la religión de la señora, pero yo la "otrorizo" y de una la clasifico como algo distinto a mi, y como lo distinto es malo y los medios me han enseñado que lo malo es el Islam, entonces esta señora es una terrorista musulmana y punto. No te he contado que llevaba co
a veces, por mucho que intentemos, es imposible sacarnos la realidad de la cabeza...