Realmente no soy fan del arroz con mango, ni del caldo con la tajada, que pito, que flauta. (Traducción para los lectores no oriundos de la Capital de la República del Atlántico: Llámase "arroz con mango" o "mezcla del caldo con la tajada" a dos ideas oximorónicamente juxtapuestas; es decir, dos cosas que se juntan o se comparan sin tener ninguna relación la una con la otra, para explicar algo ajeno a ambas. En la mayoría de los casos, y cuando más aplica la "mezcla del caldo con la tajada", es cuando se comparan dos cosas que en esencia son opuestas. El "arroz con mago" es una mezcla de dos cosas totalmente no relacionadas. El "pito" y la "flauta" son añadiduras a la mal llamada comparación de opuestos. ) Pero tengo que confesar que hace unos días, en clase de literatura, fui yo misma la que cogió ese arroz con mango y lo mezclo con el caldo y con la tajada, y que pito, que flauta. Ya verás, la clase es sobre la represe
a veces, por mucho que intentemos, es imposible sacarnos la realidad de la cabeza...