Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de abril, 2013

Anda - no sé cómo titular este post...

En el video de mi matrimonio (que veo con más frecuencia de la que estoy dispuesta a aceptar) Víctor, abrazando a su esposa y tomando la mano de su hijo, dice, "No hay nada mejor que estar casado." Antes de casarme, en uno de los muchos correos que compartí con mi Coach Luis Gabriel, me dijo, "No hay nada mejor que estar casado." Algún tiempo después de su matrimonio, Laura comentó en voz alta (y yo escuché) que "No hay nada mejor que estar casado." Ahora que yo estoy casada (y tengo toda la experiencia de una nueva esposa con 10 meses de matrimonio) puedo confirmar que "No hay nada mejor que estar casado." No es coincidencia que las tres personas que me dijeron que estar casado es lo mejor están en matrimonios heterosexuales normales. Yo también estoy en un matrimonio heterosexual normal. Digo que no es coincidencia porque alguien se inventó que la ley puede regir con quién puedes legalmente compartir el resto de tu vida y con quién no.

De peleas, sustos y sorpresas

Sobre las peleas, las películas nos han enseñado tres cosas: 1. Son hermosamente coreografiadas y sincronizadas 2. Son entre dos hombres (nadie se mete) 3. De esos dos hombres, uno es bueno y el otro es malo - y la diferencia es clara No falta sino ver cualquiera de las películas sobre Jason Bourne, o cualquiera de las tres James Bond de Daniel Craig para ver que tengo razón. Sin importar el espacio proporcionado, el uno le da al otro, el otro lo esquiva y le da al uno; vienen puños, codazos, patadas, cabezazos - y atinan o son milimétricamente esquivadas. Las peleas son un baile: son sangrientas, sí; pero son hermosas. Jason y James lo hacen ver fácil. Como si no doliera. Como si todos los demás fueran inferiores. Como si ellos siempre ganaran. Aunque pierdan - no importa. Después ganan. Al final siempre ganan. La vida real es muy diferente. La vida real real - porque en mi vida real, mi esposo sabe pelear. Mi esposo es de los que sabe defenderse y hacer daño. Pero la vida r

De por qué El Principito me iba a hacer morir engañada

Aquí está mi secreto. Es muy simple: sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos. Capítulo XXI, El Principito, Antoine de Saint-Exupéry Y así llevo viviendo casi 30 años creyendo que lo esencial es invisible a los ojos - pero sin entender realmente qué es eso que es esencial, y por qué es invisible a los ojos, y por qué sólo se puede ver con el corazón. El zorro le dice al Principito que los adultos han olvidado esta sencilla verdad - pero ahora que estoy a punto de ser adulto (30 ya es adulto en serio, ¿cierto?) puedo dar fe de que no, no se nos "olvida" esta verdad. Lo que pasa es que aprendemos que hay que cuidar las palabras que uno usa, porque no siempre significan lo que uno cree (o quiere) que significan.  Lo que el zorro quiere decir es que, por ejemplo, la bondad es esencial, y es invisible a los ojos, y sólo se ve con el corazón. Hay muchas interpretaciones, muchas válidas, pero vamos a jugar inicialmente con esta: la bondad, que e