Sobre las peleas, las películas nos han enseñado tres cosas:
1. Son hermosamente coreografiadas y sincronizadas
2. Son entre dos hombres (nadie se mete)
3. De esos dos hombres, uno es bueno y el otro es malo - y la diferencia es clara
No falta sino ver cualquiera de las películas sobre Jason Bourne, o cualquiera de las tres James Bond de Daniel Craig para ver que tengo razón. Sin importar el espacio proporcionado, el uno le da al otro, el otro lo esquiva y le da al uno; vienen puños, codazos, patadas, cabezazos - y atinan o son milimétricamente esquivadas. Las peleas son un baile: son sangrientas, sí; pero son hermosas. Jason y James lo hacen ver fácil. Como si no doliera. Como si todos los demás fueran inferiores. Como si ellos siempre ganaran. Aunque pierdan - no importa. Después ganan. Al final siempre ganan.
La vida real es muy diferente. La vida real real - porque en mi vida real, mi esposo sabe pelear. Mi esposo es de los que sabe defenderse y hacer daño.
Pero la vida real real, donde la gente no tiene ni idea de cómo pelear, es diferente.
La semana pasada tomé el mismo bus que siempre tomo para llegar a mi casa. Nada fuera de lo normal. 11 de la mañana, bus relativamente vacío (porque lo tomo en la primera parada), lentamente se va llenando. La gente entra, la gente sale. Llegando a un semáforo (que estaba en verde, pero tenía pura pinta de querer ponerse amarillo), oímos todo un ruido fuertísimo. Tres veces. PAM - PAM - PAM. El conductor diminuyó la velocidad, se viró y le gritó al perpetrador del ruido, "¿Tienes un problema?"
Antes de seguir, es importante hablar de quién tiene un problema: el conductor del bus, en la primera parada, nos gritó a tres pasajeros porque no nos montamos suficientemente rápido al bus. Y no sólo fue el grito y el regaño, fue el comentario sarcástico, de mala gana, con rabia existencial. Antes de llegar al primer semáforo ya había casi atropellado a dos bicicletas y había regañado a la segunda, porque la llanta delantera de su bicicleta estaba pisando la calle. Le pitó a un carro (EN ALEMANIA NADIE PITA. PITAR ES EL PEOR INSULTO - y además es penalizable con multa y puntos en la licencia de conducción.). Se voló un semáforo en rojo.
Volviendo al presente: "¿Tienes un problema?", grita el Sr. Conductor.
"Sí, tengo un problema," grita de regreso el Sr. X. El Sr. X viste demasiado bien para ser indigente, pero demasiado mal para ser "normal" - normal, empleado, con familia, con responsabilidades...
"Bueno, esta es tu parada entonces," grita el Sr. Conductor (el bus no paraba en ese paradero, pero el Sr. Conductor iba a hacer una excepción para bajar al problemático pasajero).
Para este momento ya hemos llegado al semáforo, que se ha puesto en rojo, y estamos parados.
"Quería bajarme aquí de todos modos," grita el Sr. X.
"Qué bueno, porque ya te vas a bajar," grita el Sr. Conductor.
"Imbécil, yo me bajo cuando yo quiera," grita el Sr. X. Pero su voz no se siente quieta - no, su voz se siente en movimiento porque él está en movimiento.
El Sr. X se ha levantado de su asiento, que estaba en la mitad del bus, y de tres velocísimas zancadas ha llegado hasta el frente del bus, donde se le acerca demasiado al Sr. Conductor para probar su dominancia.
El Sr. Conductor, viendo lo que se le viene encima, se levanta de su puesto, pero queda medio atrancado y no alcanza a salir rápido, lo que hace que por un instante (¿cuánto tiempo dura un instante?) el Sr. X sea el Hombre Dominante.
Pero logra levantarse y empiezan los dos hombres a hacer el bailecito pre-pelea, en los que - como gallos - sacan el pecho, levantan el mentón, y empiezan a insultarse (mi alemán no es suficientemente bueno para entender todas las palabras que están diciendo - pero mi imaginación sí es suficientemente buena para tener una idea de qué está saliendo de sus sucias, sucias bocas).
En medio de los insultos vacíos, el Sr. X le propina una trompada al Sr. Conductor, una trompada que no se encuentra con su trompa sino con sus gafas, que quedan colgando sin gracia de una oreja del Sr. Conductor.
Ni corto ni perezoso, el Sr. Conductor propina una trompada al Sr. X, pero lo que logra, más que hacerle daño, es empujarlo, y el Sr. X CAE EN MI SILLA, A MI LADO (pero como yo no soy el centro de esta película, eso no importa). Por las leyes de reflexión de la física, con el mismo impulso con el que cayó se levanta, y ahora, en un espacio no mayor a un metro cuadrado, los dos están lanzando manotadas al aire, rezando a Dios, a Alláh, a Buddha y a todos los que puedan que alguna de esas manotadas logre golpear al otro.
Todo esto no ha durado más de 7 segundo. Mira tu reloj y cuenta 7 segundos - es una eternidad, pero no dura nada.
Es decir que toma 7 segundos para que el último mito de las películas sea desbancado: las peleas no son entre dos, porque a los 7 segundos se abalanzaron sobre el Sr. X y el Sr. Conductor tres pasajeros, dos sosteniendo al Sr. X y uno calmando al Sr. Conductor.
Los tres héroes piden al Sr. X que se salga del bus - al negarse, lo empujan.
Los tres héroes calman al Sr. Conductor, quien no deja de gritar "Él me pegó primero, ustedes lo vieron, él me pegó primero."
Afuera del bus, mostrando El Dedo Que No Se Debe Mostrar, grita el Sr. X, "¡Estúpido alemán!" Lo cual me causó risa, porque el Sr. X es alemán también. ¿Puede alguien insultar a otro con un adjetivo que los determina a ambos por igual?
¿Qué moraleja me quedó de todo esto?
1. Son hermosamente coreografiadas y sincronizadas
2. Son entre dos hombres (nadie se mete)
3. De esos dos hombres, uno es bueno y el otro es malo - y la diferencia es clara
No falta sino ver cualquiera de las películas sobre Jason Bourne, o cualquiera de las tres James Bond de Daniel Craig para ver que tengo razón. Sin importar el espacio proporcionado, el uno le da al otro, el otro lo esquiva y le da al uno; vienen puños, codazos, patadas, cabezazos - y atinan o son milimétricamente esquivadas. Las peleas son un baile: son sangrientas, sí; pero son hermosas. Jason y James lo hacen ver fácil. Como si no doliera. Como si todos los demás fueran inferiores. Como si ellos siempre ganaran. Aunque pierdan - no importa. Después ganan. Al final siempre ganan.
La vida real es muy diferente. La vida real real - porque en mi vida real, mi esposo sabe pelear. Mi esposo es de los que sabe defenderse y hacer daño.
Pero la vida real real, donde la gente no tiene ni idea de cómo pelear, es diferente.
La semana pasada tomé el mismo bus que siempre tomo para llegar a mi casa. Nada fuera de lo normal. 11 de la mañana, bus relativamente vacío (porque lo tomo en la primera parada), lentamente se va llenando. La gente entra, la gente sale. Llegando a un semáforo (que estaba en verde, pero tenía pura pinta de querer ponerse amarillo), oímos todo un ruido fuertísimo. Tres veces. PAM - PAM - PAM. El conductor diminuyó la velocidad, se viró y le gritó al perpetrador del ruido, "¿Tienes un problema?"
Antes de seguir, es importante hablar de quién tiene un problema: el conductor del bus, en la primera parada, nos gritó a tres pasajeros porque no nos montamos suficientemente rápido al bus. Y no sólo fue el grito y el regaño, fue el comentario sarcástico, de mala gana, con rabia existencial. Antes de llegar al primer semáforo ya había casi atropellado a dos bicicletas y había regañado a la segunda, porque la llanta delantera de su bicicleta estaba pisando la calle. Le pitó a un carro (EN ALEMANIA NADIE PITA. PITAR ES EL PEOR INSULTO - y además es penalizable con multa y puntos en la licencia de conducción.). Se voló un semáforo en rojo.
Volviendo al presente: "¿Tienes un problema?", grita el Sr. Conductor.
"Sí, tengo un problema," grita de regreso el Sr. X. El Sr. X viste demasiado bien para ser indigente, pero demasiado mal para ser "normal" - normal, empleado, con familia, con responsabilidades...
"Bueno, esta es tu parada entonces," grita el Sr. Conductor (el bus no paraba en ese paradero, pero el Sr. Conductor iba a hacer una excepción para bajar al problemático pasajero).
Para este momento ya hemos llegado al semáforo, que se ha puesto en rojo, y estamos parados.
"Quería bajarme aquí de todos modos," grita el Sr. X.
"Qué bueno, porque ya te vas a bajar," grita el Sr. Conductor.
"Imbécil, yo me bajo cuando yo quiera," grita el Sr. X. Pero su voz no se siente quieta - no, su voz se siente en movimiento porque él está en movimiento.
El Sr. X se ha levantado de su asiento, que estaba en la mitad del bus, y de tres velocísimas zancadas ha llegado hasta el frente del bus, donde se le acerca demasiado al Sr. Conductor para probar su dominancia.
El Sr. Conductor, viendo lo que se le viene encima, se levanta de su puesto, pero queda medio atrancado y no alcanza a salir rápido, lo que hace que por un instante (¿cuánto tiempo dura un instante?) el Sr. X sea el Hombre Dominante.
Pero logra levantarse y empiezan los dos hombres a hacer el bailecito pre-pelea, en los que - como gallos - sacan el pecho, levantan el mentón, y empiezan a insultarse (mi alemán no es suficientemente bueno para entender todas las palabras que están diciendo - pero mi imaginación sí es suficientemente buena para tener una idea de qué está saliendo de sus sucias, sucias bocas).
En medio de los insultos vacíos, el Sr. X le propina una trompada al Sr. Conductor, una trompada que no se encuentra con su trompa sino con sus gafas, que quedan colgando sin gracia de una oreja del Sr. Conductor.
Ni corto ni perezoso, el Sr. Conductor propina una trompada al Sr. X, pero lo que logra, más que hacerle daño, es empujarlo, y el Sr. X CAE EN MI SILLA, A MI LADO (pero como yo no soy el centro de esta película, eso no importa). Por las leyes de reflexión de la física, con el mismo impulso con el que cayó se levanta, y ahora, en un espacio no mayor a un metro cuadrado, los dos están lanzando manotadas al aire, rezando a Dios, a Alláh, a Buddha y a todos los que puedan que alguna de esas manotadas logre golpear al otro.
Todo esto no ha durado más de 7 segundo. Mira tu reloj y cuenta 7 segundos - es una eternidad, pero no dura nada.
Es decir que toma 7 segundos para que el último mito de las películas sea desbancado: las peleas no son entre dos, porque a los 7 segundos se abalanzaron sobre el Sr. X y el Sr. Conductor tres pasajeros, dos sosteniendo al Sr. X y uno calmando al Sr. Conductor.
Los tres héroes piden al Sr. X que se salga del bus - al negarse, lo empujan.
Los tres héroes calman al Sr. Conductor, quien no deja de gritar "Él me pegó primero, ustedes lo vieron, él me pegó primero."
Afuera del bus, mostrando El Dedo Que No Se Debe Mostrar, grita el Sr. X, "¡Estúpido alemán!" Lo cual me causó risa, porque el Sr. X es alemán también. ¿Puede alguien insultar a otro con un adjetivo que los determina a ambos por igual?
¿Qué moraleja me quedó de todo esto?
1. Las peleas no son hermosas. Son tontas y sin sentido.
2. Las peleas no son entre dos - porque siempre hay personas solidarias que se meten, arriesgando su propia seguridad y tranquilidad, a detenerlos.
3. Las peleas no son entre un bueno y un malo, porque el mundo no es así de blanco/negro. ¿Quién fue el malo de la pelea? ¿El tonto conductor amargado que estaba buscando pelea? ¿O fue acaso el tonto Sr. X agresivo que estaba buscando pelea?
Pero lo más importante es que siempre, siempre hay alguien que esta dispuesto a dejar que la solidaridad le llene, le envuelva, le controle, y que sin interés propio se avecine a "salvar la patria." En Alemania hay tres (yo los vi). Pero en Barranquilla - uff. Falta con ver un arroyo en la 84 para ver la solidaridad en su mejor momento.
Completamente de acuerdo. Cuando era niño pensaba que todas las peleas eran tan interesantes y llenas de golpes exoticos como los de las peliculas. Luego vino mi primera pelea a las 12 que termino más rápido de lo que comenzó donde rompí una nariz y la mano me quedó doliendo varios dias. Aprendí artes marciales luego y sólo las use 1 vez a los veinti tantos para defender a alguien y también todo terminó tan rapido y yo que incluso había estudiado katas y movimientos solo aseste un golpe al pecho certero y poco agraciado con lo que el atacante desistió y se marchó. Las peleas nunca son linda y casi nunca se aguanta más de uno o dos golpes. En las peliculas se dan y de maneras tremendas y es como si no les hicieran nada
ResponderBorrarTuviste una pelea de verdad! Eso es totalmente diferente, no? Yo siendo niña no debo hablar de *mis* peleas (bueno, fue sólo una...), pero te entiendo. No es "bonito".
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