Yo no tenía ni idea que estaba embarazada. Yo estaba segura que era indigestión por mal sushi - y eso le dije a mi esposo cuando llegó a la casa ese viernes, que estaba indigestada. Me invitó a mi restaurante preferido (era nuestro ritual de viernes de date ), indigestada y todo, y me miró totalmente convencido de sus palabras: "Estás embarazada." No era una pregunta, no era una suposición. Él sabía que su hijo, mi hijo, nuestro hijo, estaba creciendo ahí adentro, adentro de mi barriga defectuosa, sin vesícula biliar, con gastritis e indigestión. Mi esposo sabía y yo le dije que estaba loco. El sábado madrugadísimos me hice una prueba y salió positiva - yo estaba aterrada, él estaba feliz. Esperamos a que fueran horas hábiles y fuimos a comprar más pruebas. 21€ en pruebas. Las gringas, las nacionales, las caras, las baratas, las que dicen "estás embarazada" y las que sacan liniecitas como jeroglíficos que hay que descifrar. Todas positivas, de una, sin titubeos
a veces, por mucho que intentemos, es imposible sacarnos la realidad de la cabeza...