Hace un par de semanas nos reunimos en nuestro apartamento con unos amigos a comer fondue de queso y disfrutar del fin de semana y de la compañía mutua. Como es de esperarse, las mujeres estábamos en la cocina preparando las cosas, y los hombres estaban en la sala sentados arreglando el mundo.
Mientras cortábamos pan y pimentones y mezclábamos los quesos, W me preguntó si ya M me había contado de sus planes. Dije que no, que echara el chisme, que desembuchara. Y M dice, "Bueno, he estado pensando que voy a hacer el doctorado igual que tu, porque ajá."
Porque ajá.
Yo soy barranquillera. Yo sé lo que porque ajá significa sin que me lo traduzcan, y no me molesta. Es más, me parece una de las frases más útiles y necesarias del español. Pero en esta ocasión, por primera vez en mi vida la frase me sacó de quicio y me ofendió hasta lo más profundo de mi ser.
(Creo que últimamente me estoy ofendiendo muy fácil...)
Ven te explico: desde que tengo uso de razón, mi sueño ha sido tener el título de doctora - tenerlo de verdad, merecerlo, no recibirlo regalado como tanta gente lo tiene en Colombia (abogados, ingenieros, el presidente...). He encaminado toda mi vida y toda mi carrera hacia esa meta, y ahora por fin estoy haciéndolo. ¡Estoy cumpliendo mi sueño! Y me siento tan afortunada y tan privilegiada, porque puedo dedicarme de lleno a la investigación literaria que quiero, sin tener que trabajar como loca para poder pagar el arriendo (porque mi esposo sabe que se casó con una estudiante eterna) y sin tener que sacrificar mis ideales ni principios académicos para mantener becas (porque en Alemania mi doctorado es gratis). Cada vez que me siento a avanzar en mi investigación me siento viva, llena, completa; me siento como una persona que está viviendo su sueño. Me siento exitosa - y eso que estoy como a tres años de tener el título. He trabajado ful duro para esto, y por fin he logrado cosechar lo que he sembrado y aquí estoy. Además de mi situación afortunada, veo a mis amigos académicos e intelectuales que están haciendo doctorado con las uñas (porque en NYC no es gratis hacer un doctorado) y que están posponiendo el doctorado un año más, una vez al año, porque hay que trabajar para poder vivir. Una colega que acaba de sustentar su tesis puso en pausa su vida para poder terminar - y todos los sacrificios que hizo para ello ahora están aflorando.
Ya ves, uno no hace un doctorado porque ajá. Uno hace un doctorado porque es lo que sueña y desea y es lo que lo llena a uno y lo hace feliz.
Pero M es ama de casa. Hicimos la maestría juntas y pasó dos años quejándose: que la ciudad es horrible, que la universidad es pésima, que las clases son terribles, que los profesores son incompetentes... Y cuando le entregaron su nota de tesis (casi perfecta, pero no perfecta), entró en crisis existencial porque la universidad no había reconocido su talento y su genialidad y no la habían premiado con lo que de verdad se merecía: una nota perfecta. Botó la tesis a la basura y juró más nunca volver a la universidad.
Ahora ahora, un año después, cuando se encuentra aburrida con su vida de ama de casa. Está cansada de lavar platos y aspirar; está cansada de jugar PlayStation (tiene el 3 y el 4) todos los días porque ya se ha pasado todos sus juegos; está cansada de dormir hasta las 11 am y de no tener nada que hacer; está cansada de perder su tiempo sola en casa. Así que decidió mejor perder su tiempo en la universidad haciendo un doctorado, "igual que yo", porque ajá.
Yo no sé si ella cree que yo estoy perdiendo el tiempo o no. No me importa si así lo cree - ese es su problema. (Obviamente sí me importa, pero ese no es el punto.) Pero tomar algo tan valioso y tan sagrado para mi, y para muchos de mis colegas intelectuales, y banalizarlo así como así, me parece de lo más ofensivo. Me imagino que entonces dentro de unos meses quedará embarazada, igual que yo, porque ajá.
Me encanta vivir en un país donde la educación es gratuita - lo que pasa es que eso significa también que cualquier idiota puede estudiar. La educación superior aquí no discrimina, aunque los razonamientos para educarse sean irracionales. Porque ajá.
Mientras cortábamos pan y pimentones y mezclábamos los quesos, W me preguntó si ya M me había contado de sus planes. Dije que no, que echara el chisme, que desembuchara. Y M dice, "Bueno, he estado pensando que voy a hacer el doctorado igual que tu, porque ajá."
Porque ajá.
Yo soy barranquillera. Yo sé lo que porque ajá significa sin que me lo traduzcan, y no me molesta. Es más, me parece una de las frases más útiles y necesarias del español. Pero en esta ocasión, por primera vez en mi vida la frase me sacó de quicio y me ofendió hasta lo más profundo de mi ser.
(Creo que últimamente me estoy ofendiendo muy fácil...)
Ven te explico: desde que tengo uso de razón, mi sueño ha sido tener el título de doctora - tenerlo de verdad, merecerlo, no recibirlo regalado como tanta gente lo tiene en Colombia (abogados, ingenieros, el presidente...). He encaminado toda mi vida y toda mi carrera hacia esa meta, y ahora por fin estoy haciéndolo. ¡Estoy cumpliendo mi sueño! Y me siento tan afortunada y tan privilegiada, porque puedo dedicarme de lleno a la investigación literaria que quiero, sin tener que trabajar como loca para poder pagar el arriendo (porque mi esposo sabe que se casó con una estudiante eterna) y sin tener que sacrificar mis ideales ni principios académicos para mantener becas (porque en Alemania mi doctorado es gratis). Cada vez que me siento a avanzar en mi investigación me siento viva, llena, completa; me siento como una persona que está viviendo su sueño. Me siento exitosa - y eso que estoy como a tres años de tener el título. He trabajado ful duro para esto, y por fin he logrado cosechar lo que he sembrado y aquí estoy. Además de mi situación afortunada, veo a mis amigos académicos e intelectuales que están haciendo doctorado con las uñas (porque en NYC no es gratis hacer un doctorado) y que están posponiendo el doctorado un año más, una vez al año, porque hay que trabajar para poder vivir. Una colega que acaba de sustentar su tesis puso en pausa su vida para poder terminar - y todos los sacrificios que hizo para ello ahora están aflorando.
Ya ves, uno no hace un doctorado porque ajá. Uno hace un doctorado porque es lo que sueña y desea y es lo que lo llena a uno y lo hace feliz.
Pero M es ama de casa. Hicimos la maestría juntas y pasó dos años quejándose: que la ciudad es horrible, que la universidad es pésima, que las clases son terribles, que los profesores son incompetentes... Y cuando le entregaron su nota de tesis (casi perfecta, pero no perfecta), entró en crisis existencial porque la universidad no había reconocido su talento y su genialidad y no la habían premiado con lo que de verdad se merecía: una nota perfecta. Botó la tesis a la basura y juró más nunca volver a la universidad.
Ahora ahora, un año después, cuando se encuentra aburrida con su vida de ama de casa. Está cansada de lavar platos y aspirar; está cansada de jugar PlayStation (tiene el 3 y el 4) todos los días porque ya se ha pasado todos sus juegos; está cansada de dormir hasta las 11 am y de no tener nada que hacer; está cansada de perder su tiempo sola en casa. Así que decidió mejor perder su tiempo en la universidad haciendo un doctorado, "igual que yo", porque ajá.
Yo no sé si ella cree que yo estoy perdiendo el tiempo o no. No me importa si así lo cree - ese es su problema. (Obviamente sí me importa, pero ese no es el punto.) Pero tomar algo tan valioso y tan sagrado para mi, y para muchos de mis colegas intelectuales, y banalizarlo así como así, me parece de lo más ofensivo. Me imagino que entonces dentro de unos meses quedará embarazada, igual que yo, porque ajá.
Me encanta vivir en un país donde la educación es gratuita - lo que pasa es que eso significa también que cualquier idiota puede estudiar. La educación superior aquí no discrimina, aunque los razonamientos para educarse sean irracionales. Porque ajá.
Natalya, ¿esta invitada a la fiesta, quien pronto será "doctora" es Barranquillera? Porque independientemente de tu sensibilidad, déjame decirte que utiliza muy bien el "ajá", y yo creo, pienso, reflexiono, analizo, deduzco, que el solo hecho de saber utilizar el "ajá" ya la hace merecedora de lo que sea. Por tu lado, me da mucha risa cuando utilizas el "idiota" porque estoy segura que mis compañeros de trabajo en el PEP cuando te leen, necesariamente se detienen y leen I-D-I-O-T-Aaaaaa, ¿Cierto Heyleen, La-Shirly, Yolima, Sabas, Gina, Rafa, Carolina? No voy a ser tan "osea" de asumir que todos te leen, pero si lo hacen, leerán con la entonación apropiada, te lo aseguro. Regresando a nuestra "doctora", yo la felicito, me parece que es una decisión que hay que tomar en la vida, en algún momento, con los argumentos que sean y mucho mejor si encuentra un espacio en una fiesta para hablar de estos temas. Nosotros hacemos "porque si", pero debo confesarte que alguna promoción PEP hizo "porque ajá", fíjate esta pelá como es que es PEP de esa promoción, seguramente SI pasó el proceso de selección, es probable que lo haya disfrutado y hasta se certificó "porque ajá". Hay todo tipo de I...nteligentes en la vida y punto.
ResponderBorrarClaramente podría recordarte que siempre y cuando estés viviendo tu sueño nada ni nadie debería dañarte el Zen, ya que es tuyo y sólo tuyo y lo que los demás hagan no debería importarte siempre y cuando no te lastimen...yara yara yara (Como diría George Constanza) peeeeero también entiendo tu frustración y ganas de darle una cachetada porque ajá y de verdad que me identifico con el sentimiento de "grrrr"...aunque claramente ambos tenemos que trabajar en nuestro Zen para que no se nos perturbe con lo que hacen o dejan de hacer los demás.
ResponderBorrarNati, sólo me voy a referir al "ajá", aunque se que conoces perfectamente su significado podrías profundizar mas en esa terminología con "Martina la peligrosa". Puedes conseguirla en YouTube o Instagram. También otras expresiones de nuestro maravilloso léxico costeño. Un abrazo Luzmy
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