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Me enamoré del papá de mi hijo

Yo no tenía ni idea que estaba embarazada. Yo estaba segura que era indigestión por mal sushi - y eso le dije a mi esposo cuando llegó a la casa ese viernes, que estaba indigestada. Me invitó a mi restaurante preferido (era nuestro ritual de viernes de date), indigestada y todo, y me miró totalmente convencido de sus palabras:

"Estás embarazada."

No era una pregunta, no era una suposición. Él sabía que su hijo, mi hijo, nuestro hijo, estaba creciendo ahí adentro, adentro de mi barriga defectuosa, sin vesícula biliar, con gastritis e indigestión. Mi esposo sabía y yo le dije que estaba loco. El sábado madrugadísimos me hice una prueba y salió positiva - yo estaba aterrada, él estaba feliz. Esperamos a que fueran horas hábiles y fuimos a comprar más pruebas. 21€ en pruebas. Las gringas, las nacionales, las caras, las baratas, las que dicen "estás embarazada" y las que sacan liniecitas como jeroglíficos que hay que descifrar. Todas positivas, de una, sin titubeos ni demoras. Yo me ataqué a llorar, muerta del miedo, y mi esposo, el papá de mi hijo, estaba feliz.



Durante los primeros 3 meses, mi esposo venía a casa los fines de semana (estaba terminando su maestría en Heide) y su entera atención y disposición era para con su hijo. Él trataba de buscar indicios de un mini-ser-humano bajo toda la grasita acumulada en la región indicada. Preguntaba por el bienestar de su hijo. Se preocupaba por mis hábitos alimenticios (que eran pésimos debido a las náuseas y al vómito). Estaba pendiente de los detalles más pequeños. Y se iba los lunes madrugado con el corazón en pedacitos por no poder acompañarnos a la ecografía de la semana, o por no poder agarrarme el pelo mientras vomitaba lo que sea que no había comido, o por no poder simplemente acostarse a tomar una siesta con nosotros.

Cuando mi esposo volvió a "vivir" con nosotros (ya habiendo terminado su maestría), el bebé estaba más grande, ya la barriga no era de esas dudosas "¿será que está gordita, o será que hay un bebé ahí adentro?", y ya no habían los problemas típicos del primer trimestre. Cuando mi esposo volvió a Kiel, estábamos #littleBabyHergett y yo en el delicioso segundo trimestre, cuando el pelo brilla y crece rápido, cuando la barriga se empieza a poner redondita y toca comprar ropa adecuada, cuando ya hay más energía y ganas de salir, y cuando hay hambre y antojos y deseos de cosas raras (lo raro para mi ha sido mi repentino disfrute de los cítricos).

Y, si bien yo ya estaba enamorada de mi esposo, empecé a enamorarme del papá de mi hijo.

Ya ves, el papá de #littleBabyHergett tiene rutinas ahora: todas las mañanas conversa con su hijo, y antes de irse a trabajar se despide con besos y caricias. Todas las tardes, cuando llega a la casa, saluda a su hijo y le pregunta cómo está y cómo se siente y qué ha hecho durante el día. Se emociona cuando lo siente patear, se exalta cuando lo ve en las ininteligibles fotos de la ecografía, y está totalmente metido en el rol de papá responsable, buscando el mejor carrito, la mejor cuna, la mejor ropa, los mejores juguetes.

Cuando #littleBabyHergett se despierta a las 3 am y yo no puedo con mi alma, el papá de mi hijo se voltea, le pone la mano encima y lo calma. Cuando #littleBabyHergett me está lastimando con su movedera o su pateadera, el papá de mi hijo le habla y lo calma. A veces creo que el bebé hace ciertas cosas solo para que su papá le pare bolas. Y lo logra, porque Honey le da toda su atención.

A veces me siento muy sola en esto del embarazo, porque aunque estoy rodeada por mucho amor, la que "sufre" soy yo, a la que le duele es a mi, la que puede o no puede soy yo, la que se sacrifica soy yo. Pero cuando veo a mi esposo y a mi hijo hablando, me siento menos sola y tengo que confesar que me vuelvo a enamorar del hombre con el que me casé. Pero más allá de eso, me enamoro del hombre en el que se está convirtiendo mi esposo: me enamoro del papá de mi hijo.

Comentarios

  1. Estoy sentada en la alfombra del aeropuerto de Miami esperando el vuelo para Bogotá y de ahi para Barranquilla. Todo ha salido bien, hasta que decidí leer este blog y aqui estoy sentada llorando, las lágrimas rodando por mis mejillas por culpa de este mensaje que hoy envía Natalya. Rolf, ya eres tema en todos los medios de comunicación, eres el causante de risas, de lágimas, de dolor y hasta de soledad, pero todos, TODOS, todos son de felicidad. Ya pronto llegas y como soy testigo que antes de uno darse cuenta ya estás en la universidad, he decidido que iré a verte muchas veces, te traeré a la casa muchas otras y por supuesto te llevaré a la universidad. Love you a lot #little-baby-hergett

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  2. Esta muy tierna esta entrada...va a ser un excelente papá.

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