Ya lo dijo Joaquín Vallejo Arbeláez en su libro, "El Misterio del Tiempo," y ya lo había explicado Albert Einstein en su teoría de la relatividad. Claro, ambos temas muy científicos, muy por encima de mi capacidad de entendimiento para un largo y aburrido lunes por la noche, escribiendo a ver si el té para dormir me hace efecto y puedo descansar. (Y mi mamá me llamó y me hizo perder el hilo de lo que estaba escribiendo, entonces, ajá, a volver a empezar...) A lo que voy es que la perspectiva que tomamos con respecto a un hecho le da un tinte particular a las cosas. Por ejemplo, una semana larga para mi puede haber sido una semana corta para Honey. Quizá se pueda atribuir la diferencia en la duración de la semana (la diferencia teórica de su duración, porque dura lo mismo) a que somos dos personas diferentes. Es posible. Para la hermana de Honey, hay poquitas cosas en el mundo más deliciosas que comerse una rodaja de tomate--yo pienso genauso lo contrario. Ew. Pero somos
a veces, por mucho que intentemos, es imposible sacarnos la realidad de la cabeza...