Estoy cansada de esa frase, "Que sea lo que Dios quiera." Y no lo digo porque tenga nada en contra de Dios - no señor, yo soy católica (a medias, pero católica). Pero el tema no es la religión ni Dios.
El tema somos nosotros.
Dios no es malo (aunque el antiguo testamento más o menos apunte a lo contrario), y no quiere que nos pasen cosas malas. Pero Dios nos dio libre albedrío por algo. Para que hagamos cosas, no para que nos quedemos esperando a ver qué es lo que Él quiere.
Por ejemplo: Ayer dije (de pura maldad), "Que sea lo que Dios quiera." Y empezó a llover. La lluvia es obra de Dios. Anda, caí en cuenta, no tengo mercado. Debo salir a hacer mercado. Pero estaba diluviando (Noé andaba por ahí contento con su arca). Es decir, Dios no quiere que salga de la casa. Es decir, Dios no quiere que haga mercado. Es decir, Dios no quiere que haga almuerzo. Es decir, Dios no quiere que coma.
OH POR DIOS - ¡Dios cree que estoy gorda!
¿Ese es el Dios en el que crees? En un Dios que juega con tu vida, con tu futuro, con tu destino - con tu ¡¿mercado?!
Muy poco he oído en este siglo la frase, "Al que madruga, Dios le ayuda." Y ¿sabes por qué la gente no la usa? Porque madrugar es aburrido. Porque es más rico dormir hasta tarde, porque es lo que Dios quiere. Porque "madrugar" es simbolismo para "hacer algo tu mismo", con ese libre albedrío que Dios te dio. Y eso es aburrido.
Ya no más sentarnos a esperar a que sea lo que Dios quiere. Vamos a madrugar para que Dios nos ayude. Vamos a tomar la nuestra vida en nuestras manos y vamos a hacer algo al respecto, a tomar responsabilidad por nuestras acciones (o por las acciones que no hacemos).
Porque el problema con Dios no es Dios - somos nosotros. Nosotros, que hemos tergiversado sus palabras.
O me vas a decir que Dios quiere guerras - y que Dios quiere que las parejas se divorcien - y que Dios quiere que quienes se aman sean limitados por la iglesia y el Estado - y que Dios quiere que haya hambre en el mundo.
Ese Dios malo, ese que hace lo que él quiera, ese no es el Dios en el que yo creo. Yo creo en el que me ayuda si madrugo.
Por eso, deja la maricada (como diría mi papá), deja la pendejada (como diría mi abuela). Deja de sentarte a esperar a ver qué rayos es lo que Dios quiere.
Haz algo con tu vida.
Porque el problema con Dios eres tu.
El tema somos nosotros.
Dios no es malo (aunque el antiguo testamento más o menos apunte a lo contrario), y no quiere que nos pasen cosas malas. Pero Dios nos dio libre albedrío por algo. Para que hagamos cosas, no para que nos quedemos esperando a ver qué es lo que Él quiere.
Por ejemplo: Ayer dije (de pura maldad), "Que sea lo que Dios quiera." Y empezó a llover. La lluvia es obra de Dios. Anda, caí en cuenta, no tengo mercado. Debo salir a hacer mercado. Pero estaba diluviando (Noé andaba por ahí contento con su arca). Es decir, Dios no quiere que salga de la casa. Es decir, Dios no quiere que haga mercado. Es decir, Dios no quiere que haga almuerzo. Es decir, Dios no quiere que coma.
OH POR DIOS - ¡Dios cree que estoy gorda!
¿Ese es el Dios en el que crees? En un Dios que juega con tu vida, con tu futuro, con tu destino - con tu ¡¿mercado?!
Muy poco he oído en este siglo la frase, "Al que madruga, Dios le ayuda." Y ¿sabes por qué la gente no la usa? Porque madrugar es aburrido. Porque es más rico dormir hasta tarde, porque es lo que Dios quiere. Porque "madrugar" es simbolismo para "hacer algo tu mismo", con ese libre albedrío que Dios te dio. Y eso es aburrido.
Ya no más sentarnos a esperar a que sea lo que Dios quiere. Vamos a madrugar para que Dios nos ayude. Vamos a tomar la nuestra vida en nuestras manos y vamos a hacer algo al respecto, a tomar responsabilidad por nuestras acciones (o por las acciones que no hacemos).
Porque el problema con Dios no es Dios - somos nosotros. Nosotros, que hemos tergiversado sus palabras.
O me vas a decir que Dios quiere guerras - y que Dios quiere que las parejas se divorcien - y que Dios quiere que quienes se aman sean limitados por la iglesia y el Estado - y que Dios quiere que haya hambre en el mundo.
Ese Dios malo, ese que hace lo que él quiera, ese no es el Dios en el que yo creo. Yo creo en el que me ayuda si madrugo.
Por eso, deja la maricada (como diría mi papá), deja la pendejada (como diría mi abuela). Deja de sentarte a esperar a ver qué rayos es lo que Dios quiere.
Haz algo con tu vida.
Porque el problema con Dios eres tu.
Nat... me gusta tu análisis, creo que Dios estará agradecido porque le quitas un peso de encima. Me encantó cuando hiciste el click de "Dios cree que estoy gorda", me hizo reir. Cuando mi papá conversaba con alguien y ese alguien le decía con respecto a un proyecto "... si Dios quiere", mi papá enérgicamente decía "Dios si quiere, yo hablé con El y me dijo que El si quiere, pero que por favor lo haga usted". ¿Qué tal? Pero como mi papá no tenía un blog, solo lo decía face-to-face, quizá hubiese sido mejor si Dios lo hubiese dejado un rato mas con nosotros y así utilizar la tecnología. ¿No? ¿No fue decisión de Dios? Ayyyy Diosssss...
ResponderBorrar