A las 7 am de cualquier lunes de enero no se puede sentir miedo.
En Kiel, las 7 am de cualquier lunes de enero es una hora negra. Bien podría ser la media noche, bien podría ser hora de un coctel, bien podría ser la hora de llegar a casa por la noche - no la hora de salir de ella. A las 7 el amanecer ni siquiera ha considerado aparecer. No hay pajaritos. No hay nada salvo oscuridad. El mundo está muerto porque son las 7 am, pero bien podría ser la media noche. Los carros andan despacio, porque los conductores siguen dormidos. Los buses se montan en los andenes sin querer queriendo porque la neblina y la oscuridad nublan las demarcaciones. La gente camina fuera de la cebra porque a las 7 am no atropellan a nadie. Los semáforos son más demorados - o mi percepción es más lenta. Pero a las 7 am no se puede sentir miedo, porque ¿miedo de qué? ¿Qué rayos puede pasar a las 7 am? A pesar de la absoluta oscuridad (el amanecer comienza a eso de las 8:15) los ladrones están todos dormidos - acaban de llegar a sus casas luego de haber atracado toda la noche, como buena regla del oficio. Los asesinos están o limpiando sus armas o preparándolas, pero a las 7 no se muere nadie. Los fantasmas ya saben que es antemeridiano, y por eso ya no asustan. Los zombies, confundidos con el AM y la oscuridad, se ocultan del sol que no aparece.
En Kiel, las 7 am de cualquier lunes de enero es una hora negra. Bien podría ser la media noche, bien podría ser hora de un coctel, bien podría ser la hora de llegar a casa por la noche - no la hora de salir de ella. A las 7 el amanecer ni siquiera ha considerado aparecer. No hay pajaritos. No hay nada salvo oscuridad. El mundo está muerto porque son las 7 am, pero bien podría ser la media noche. Los carros andan despacio, porque los conductores siguen dormidos. Los buses se montan en los andenes sin querer queriendo porque la neblina y la oscuridad nublan las demarcaciones. La gente camina fuera de la cebra porque a las 7 am no atropellan a nadie. Los semáforos son más demorados - o mi percepción es más lenta. Pero a las 7 am no se puede sentir miedo, porque ¿miedo de qué? ¿Qué rayos puede pasar a las 7 am? A pesar de la absoluta oscuridad (el amanecer comienza a eso de las 8:15) los ladrones están todos dormidos - acaban de llegar a sus casas luego de haber atracado toda la noche, como buena regla del oficio. Los asesinos están o limpiando sus armas o preparándolas, pero a las 7 no se muere nadie. Los fantasmas ya saben que es antemeridiano, y por eso ya no asustan. Los zombies, confundidos con el AM y la oscuridad, se ocultan del sol que no aparece.
A las 7 am de cualquier lunes de enero en Kiel no se puede sentir miedo.
En Lampang, las 7 am de cualquier lunes de enero es una hora fría, pero con sol. Un sol penoso que intenta asomarse por entre las nubes, pero que aunque sonríe no calienta. La gente está toda de afán porque van tarde para alguna parte, o van llegando tarde alguna otra parte. Nadie tiene tiempo para atacar a nadie más, porque a las 7 am de cualquier lunes de enero la gente tiene que llegar a algún lugar a hacer algo, o a no hacer nada. Es muy temprano para estrategias y muy tarde para planes.
A las 7 am de cualquier lunes de enero en Lampang no se puede estar a tiempo.
En Bogotá, las 7 am de cualquier lunes de enero es una hora loca. Ya todos vamos tarde a todas partes. Ya todos estamos de afán, de mal genio, estresados, oyendo a Julito hablar de las cosas malas que pasan en el país, u oyendo a Vicky entrevistar a alguna pobre alma que la embarró. El Blackberry lleva ya pitando una hora, el iPhone está pidiendo FaceTime, y los Androids anuncian que hay citas incumplidas y correos no contestados. Las 7 am de cualquier lunes en Bogotá no es hora de nada sino de preocuparse por sí mismo.
A las 7 am de cualquier lunes de enero en Bogotá no se puede estar concentrado.
En Barranquilla, las 7 am de cualquier lunes de enero es hora de sonreír, porque en las mañanas Barranquilla despierta y ¡vamos a tener un gran día! Juntos iremos al calor del sol, que ya lleva calentando la Puerta de Oro de Colombia una hora, sonriéndole siempre a la vida. Nos quedamos con nuestra emisora, que bien podría ser la locución nacional de Julito o de Vicky, o o música energética que da ganas de bailar incluso con los ojitos llenos de lagañas. A las 7 am ya las cuchi-barbies están en la peluquería haciéndose el blower después de haber caminado una hora. Ya los vendedores de jugo de naranja de casi todas las esquinas de todos los parques de la ciudad se ganaron el salario del día exprimiendo naranjas frescas y sirviendo jugos - unos con otros sin pulpa, unos con otros sin agua, unos con otros sin azúcar, unos con otros sin hielo. A las 7 am ya están anunciando los aguacates, vendiendo la de presión y comprando artículos inservibles. No hay momento para malos sentimientos porque con tanto calor, tanto jugo y tantas endorfinas no es posible nada malo.
A las 7 am de cualquier lunes en Barranquilla no se puede evitar sonreír.
Ojalá todas mis madrugadas fueran madrugadas barranquilleras.
Muy buen artículo, que viva Quilla! :D
ResponderBorrarMuchas gracias! Espero que las 7 am de cualquier miércoles en Barranquilla sean soleadas y llenas de jugo de naranja :-)
BorrarSupongo que en Kiel a las 7a.m. de cualquier lunes de Enero no se siente miedo pero si un frio ni el hij$%&%$ :P
ResponderBorrarparece que vivieras en Kiel... así de bien la conoces!
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