En general, el alemán pasa por grosero por ser asertivo, y el colombiano para por hipócrita por ser "decente". Coloco la palabra decente entre comillas, porque no estoy segura si es la correcta - pero por ahora sirve. Ya verás, el post de la semana pasada lo escribí con rabia. Y lo dejé así porque tengo una ique ética como bloguera, en la que (yo solita he decidido que) quiero presentarme como soy, sin muchas ediciones y (rogándole a Dios que) sin censura. Entonces, escribo lo que siento, cómo lo siento, en el momento en que lo siento. Es mi intento de honestidad virtual. Mi punto con el post de la semana pasada era este: las diferencias culturales entre los alemanes y los colombianos son muy grandes. Y esta diferencia en particular, esta de la asertividad vs. la "decencia", ha conllevado a muchas discusiones amigables sobre mi personalidad (la mía como colombiana) y mi manejo de la amistad. Ya verás, en Alemania es correcto, decente, apropiado y esperado d
a veces, por mucho que intentemos, es imposible sacarnos la realidad de la cabeza...