De las cosas que más me dan risa son los #firstworldproblems. Me pasan con frecuencia, como cuando me tocó salirme rápido de la tina porque había demasiadas burbujas. Pero hoy, en el grupo de gateo (?? <-- ¿eso se traduce bien? Es un grupo de 7 niñitos, todos de la edad de #littleBabyHergett, que se reúnen a gatear mientas las mamás nos damos abrazos y palabras de aliento), contaba una mamá sobre una conocida de ella que, con dos hijos ya, quedó embarazada. Ella y su esposo deseaban un tercer hijo, de modo que la noticia los puso felices... hasta que fueron a la primera ecografía: tendrían quintillizos. Sí. Quintillizos. Es decir, cinco hijos. El embarazo se desarrolló de manera normal pero, al nacer, uno de los quintillizos murió - y dos de los cuatro restantes resultaron teniendo problemas irreparables. Uno, el menor de los 4, con una mano y una pierna atrofiadas; y la otra, la segunda en nacer, con problemas motores y cognoscitivos. Y ahí fue cuando escuché esta nueva frase, que me dejó pensando: "Nuestros problemas son de lujo."
Y es cierto.
Yo me quejo FUL, FULFULFUL de que #littleBabyHergett no me deja dormir. Pero cada vez que lo oigo, agradezco que está respirando. Cada vez que se mueve en su cuna, agradezco que tiene las habilidades motrices para moverse sin ayuda. Cada vez que llora, que en serio es con muy poca frecuencia, agradezco que está desarrollando sus cuerdas vocales y que (parece) va a ser ful hablador.
Mi falta de sueño es un problema de lujo.
Yo me pongo toda brava cuando #littleBabyHergett se las tira de adulto y coge su cuchara para comer él solo, como un niño independiente; me da ful rabia que se ensucie todo y que haga un desastre en el comedor y en el piso (¡¿cómo rayos quedaste con zanahoria en la parte de atrás de la oreja, oye?!). Pero agradezco que se está desarrollando acorde con su edad y que tiene el deseo y la capacidad de ser independiente.
El desastre en el comedor es un problema de lujo.
Ese niñito ("el Niñito Alemán", como le dicen mis papás) es un terremoto que gatea por toda la casa (¡persigue a Robotina!) y no hay enchufe que esté seguro a su alcance, y le encantan los cables, y se come el control del televisor, y dañó el mouse (se lo intentó comer y ya el aparatico no funciona), y muerde las guitarras del papá, y me hala el pelo (y se lo come), y saca todos los libros (y se los come), y encuentra papeles que yo estaba segura que había guardado (y se los come), y le encanta jugar con la pantufla del papá (y se la come), y le fascina el banquito (...y sí, se lo come...). Pero agradezco que es un niño despierto, activo, con hambre de conocer el mundo (y aparentemente hambre literal, porque todo va pa' la boca...) y con un espíritu aventurero que nos heredó tanto a su papá como a mi.
Su activa actividad activista es un problema de lujo.
Ay, #littleBabyHergett. Ojalá nos sigas "arruinando" los días con estos problemas de lujo. Porque no hay nada mejor que despertarnos con tus risas - aunque sea a las 5 de la madrugada de un domingo. Sigue "arruinando" nuestros días escalándonos para poder ver el mundo desde diferentes perspectivas. Sigue "arruinando" nuestros días haciendo ruidos y sonidos nuevos para comunicarte con el mundo. Yo no creo que deje de quejarme (quiero ful poder dormir, hey). Pero detrás de todos mis problemas de lujo, hay una mamá profundamente agradecida de tener el privilegio de verte crecer.
Y es cierto.
Yo me quejo FUL, FULFULFUL de que #littleBabyHergett no me deja dormir. Pero cada vez que lo oigo, agradezco que está respirando. Cada vez que se mueve en su cuna, agradezco que tiene las habilidades motrices para moverse sin ayuda. Cada vez que llora, que en serio es con muy poca frecuencia, agradezco que está desarrollando sus cuerdas vocales y que (parece) va a ser ful hablador.
Mi falta de sueño es un problema de lujo.
Yo me pongo toda brava cuando #littleBabyHergett se las tira de adulto y coge su cuchara para comer él solo, como un niño independiente; me da ful rabia que se ensucie todo y que haga un desastre en el comedor y en el piso (¡¿cómo rayos quedaste con zanahoria en la parte de atrás de la oreja, oye?!). Pero agradezco que se está desarrollando acorde con su edad y que tiene el deseo y la capacidad de ser independiente.
El desastre en el comedor es un problema de lujo.
Ese niñito ("el Niñito Alemán", como le dicen mis papás) es un terremoto que gatea por toda la casa (¡persigue a Robotina!) y no hay enchufe que esté seguro a su alcance, y le encantan los cables, y se come el control del televisor, y dañó el mouse (se lo intentó comer y ya el aparatico no funciona), y muerde las guitarras del papá, y me hala el pelo (y se lo come), y saca todos los libros (y se los come), y encuentra papeles que yo estaba segura que había guardado (y se los come), y le encanta jugar con la pantufla del papá (y se la come), y le fascina el banquito (...y sí, se lo come...). Pero agradezco que es un niño despierto, activo, con hambre de conocer el mundo (y aparentemente hambre literal, porque todo va pa' la boca...) y con un espíritu aventurero que nos heredó tanto a su papá como a mi.
Su activa actividad activista es un problema de lujo.
Ay, #littleBabyHergett. Ojalá nos sigas "arruinando" los días con estos problemas de lujo. Porque no hay nada mejor que despertarnos con tus risas - aunque sea a las 5 de la madrugada de un domingo. Sigue "arruinando" nuestros días escalándonos para poder ver el mundo desde diferentes perspectivas. Sigue "arruinando" nuestros días haciendo ruidos y sonidos nuevos para comunicarte con el mundo. Yo no creo que deje de quejarme (quiero ful poder dormir, hey). Pero detrás de todos mis problemas de lujo, hay una mamá profundamente agradecida de tener el privilegio de verte crecer.
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