Llevo ya algún tiempo trabajando para una enorme multinacional norteamericana en Alemania. En esta empresa se unen lo mejor de la eficiencia gringa con la burocracia alemana. No es por nada que la eficacia sustentada se encuentra sobre el 97% (y no estamos satisfechos porque debería ser sobre 98%, pero estamos trabajando para arreglarlo) y no es por nada que son líderes en el mercado global.
Una de mis responsabilidades es firmar documents que se van al exterior; eso generalmente toca hacerlo frente a un notario, que casualmente tiene su oficina a 1.5 kilómetros de mi oficina. Sí, podría ir caminando; pero el valor del tiempo es muy precioso y soy más útil siendo productiva que "perdiendo" el tiempo caminando. Entonces la primera vez que me tocó ir al notario, pedí cita a las 3 pm, que es cuando se acaba mi día laboral, salí en mi carro de mi oficina a su oficina, firmé el documento, el notario hizo lo que hace, y me fui a mi casa con el documento autenticado. Al día siguiente, puntual a las 7 am estaba en la oficina con el documento, y todos vivimos felices comiendo perdices.
O eso pensé yo.
Pues resulta que yo no sé cómo se enteró la directora de recursos humanos de esta "aventura" (la aventura más anticlimática de mi vida) y me llamó a su oficina, junto con el director de finanzas (ni idea el tipo qué velas tiene en este entierro, pero ahí estaba), y con una colega que está en mi misma división pero tiene una posición más alta a la mía.
"Natalya," me dijeron, "por seguridad tuya y de la empresa no está bien que hagas diligencias laborales fuera de tu horario de trabajo. Ni tampoco está bien que uses tu vehículo particular. Si hubiese un accidente, y tu estás fuera de tu horario laboral y en tu vehículo particular, sería complicado demostrar que es el seguro laboral el que tiene que cubrir los daños. Por favor, la próxima vez ve durante tu horario laboral y usa un vehículo empresarial. El vehículo se lo pides a la Sra. X. Queda todo claro?"
No puedo creer que me estén llamando la atención por querer utilizar mi tiempo al máximo, pero bueno. Vamos a perder el tiempo de la empresa en estas bobadas porque, tiene razón, para el seguro (y para mi) es más fácil todo si estoy dentro de mi horario laboral en un carro empresarial. Dale.
Entonces llegó el inevitable momento del segundo documento que me tocó autenticar.
OMG.
Le escribo a la Sra. X: Estimada Sra. X, dentro de mis responsabilidades en la empresa está el tener que firmar y autenticar documentos. Necesito ir a la notaria esta semana para autenticar uno de estos dichos documentos. Podría Ud. por favor indicarme cómo funciona el proceso de reservar un vehículo empresarial para tal diligencia? Quedo atenta a su pronta y amable respuesta y la firma y tal.
A los 30 segundos recibo un correo respondiendo OK, baja.
Así, dos palabras. Ok, baja.
Muy obediente, bajo. Me entrega las llaves de un carro y ya. No quiero insinuar que fue grosera ni antipática; quiero resaltar la falta de protocolo y de obstáculos burocráticos dignos de una multinacional norteamericana en Alemania.
Le pregunté que si firmaba algo, dijo que no.
Le pregunté que si debía informarle algo a alguien, dijo que no.
Le pregunté que si debía dejarle algún documento, no sé, la cédula, la copia del pase, algo; dijo que no. Le pregunté por qué ella asumía que yo sabía manejar y me dijo, "Pues yo asumo que si me pides un carro es porque sabes manejar, no?"
Ella asume.
ASUME.
Le pregunto que a quién le debo indicar que me voy y me dijo que a quien yo considere necesario.
Subí a mi oficina, tomé los documentos que debía autenticar, bajé, me despedí (ella se rió de mi inseguridad), me monté un carro nuevo (tan nuevo que parecía una idiota yo ahí sin saber encenderlo porque no tiene el arranque que yo conozco sino un botón pero ajá - esa no es la historia), fui al notario, autentiqué mi documento, volví a la oficina, parquee el vehículo (tampoco supe cómo poner el freno de mano pero ajá), entregué las llaves, volví a mi puesto, y ya.
Me siento contando una historia victoriana de esas de 800 páginas en las que NO. PASA. NADA.
Porque así fue. No pasó nada.
Me dieron un vehículo empresarial durante horas laborales y nadie me preguntó nada.
Nice.
Entonces el otro día me puse zapatos nuevos que me estaban tallando el talón y le pregunté a la compañera de la oficina de al frente si tenía una curita.
Me dijo:
No, pero puedes ir a la enfermería. El código para entrar lo solicitas en recepción. Cuando entres, hay un formulario que debes llenar donde especifiques qué te ha ocurrido, si ha sido durante tu horario laboral o fuera de él, si ha sido un accidente laboral o personal, si es algo que conllevará a que no puedes cumplir con tus responsabilidades y por cuánto tiempo y por qué. Cuando llenes ese formulario, le sacas una copia, dejas el original firmado en el archivador que se encuentra ahí. La copia la entregas después en recepción. Habiendo entregado la copia, la recepcionista te entrega las llaves para el botiquín del que puedes sacar la curita. Recuerda NO botar el papel de la curita en la basura, sino en el contenedor que se encuentra marcado; esto es para tener trazabilidad precisa de todos los insumos médicos que se usan en la empresa. Al sacar la curita, debes registrar tu nombre, posición, email de contacto empresarial, fecha, hora, y motivo de necesidad de la curita. Y listo!
Un vehículo empresarial me lo entregan sin preguntas. Pero una curita requiere documentación - con copia - para propósitos de trazabilidad.
Y ahí está el protocolo y los obstáculos burocráticos que me hacían falta. Willkommen in Deutschland.
Una de mis responsabilidades es firmar documents que se van al exterior; eso generalmente toca hacerlo frente a un notario, que casualmente tiene su oficina a 1.5 kilómetros de mi oficina. Sí, podría ir caminando; pero el valor del tiempo es muy precioso y soy más útil siendo productiva que "perdiendo" el tiempo caminando. Entonces la primera vez que me tocó ir al notario, pedí cita a las 3 pm, que es cuando se acaba mi día laboral, salí en mi carro de mi oficina a su oficina, firmé el documento, el notario hizo lo que hace, y me fui a mi casa con el documento autenticado. Al día siguiente, puntual a las 7 am estaba en la oficina con el documento, y todos vivimos felices comiendo perdices.
O eso pensé yo.
Pues resulta que yo no sé cómo se enteró la directora de recursos humanos de esta "aventura" (la aventura más anticlimática de mi vida) y me llamó a su oficina, junto con el director de finanzas (ni idea el tipo qué velas tiene en este entierro, pero ahí estaba), y con una colega que está en mi misma división pero tiene una posición más alta a la mía.
"Natalya," me dijeron, "por seguridad tuya y de la empresa no está bien que hagas diligencias laborales fuera de tu horario de trabajo. Ni tampoco está bien que uses tu vehículo particular. Si hubiese un accidente, y tu estás fuera de tu horario laboral y en tu vehículo particular, sería complicado demostrar que es el seguro laboral el que tiene que cubrir los daños. Por favor, la próxima vez ve durante tu horario laboral y usa un vehículo empresarial. El vehículo se lo pides a la Sra. X. Queda todo claro?"
No puedo creer que me estén llamando la atención por querer utilizar mi tiempo al máximo, pero bueno. Vamos a perder el tiempo de la empresa en estas bobadas porque, tiene razón, para el seguro (y para mi) es más fácil todo si estoy dentro de mi horario laboral en un carro empresarial. Dale.
Entonces llegó el inevitable momento del segundo documento que me tocó autenticar.
OMG.
Le escribo a la Sra. X: Estimada Sra. X, dentro de mis responsabilidades en la empresa está el tener que firmar y autenticar documentos. Necesito ir a la notaria esta semana para autenticar uno de estos dichos documentos. Podría Ud. por favor indicarme cómo funciona el proceso de reservar un vehículo empresarial para tal diligencia? Quedo atenta a su pronta y amable respuesta y la firma y tal.
A los 30 segundos recibo un correo respondiendo OK, baja.
Así, dos palabras. Ok, baja.
Muy obediente, bajo. Me entrega las llaves de un carro y ya. No quiero insinuar que fue grosera ni antipática; quiero resaltar la falta de protocolo y de obstáculos burocráticos dignos de una multinacional norteamericana en Alemania.
Le pregunté que si firmaba algo, dijo que no.
Le pregunté que si debía informarle algo a alguien, dijo que no.
Le pregunté que si debía dejarle algún documento, no sé, la cédula, la copia del pase, algo; dijo que no. Le pregunté por qué ella asumía que yo sabía manejar y me dijo, "Pues yo asumo que si me pides un carro es porque sabes manejar, no?"
Ella asume.
ASUME.
Le pregunto que a quién le debo indicar que me voy y me dijo que a quien yo considere necesario.
Subí a mi oficina, tomé los documentos que debía autenticar, bajé, me despedí (ella se rió de mi inseguridad), me monté un carro nuevo (tan nuevo que parecía una idiota yo ahí sin saber encenderlo porque no tiene el arranque que yo conozco sino un botón pero ajá - esa no es la historia), fui al notario, autentiqué mi documento, volví a la oficina, parquee el vehículo (tampoco supe cómo poner el freno de mano pero ajá), entregué las llaves, volví a mi puesto, y ya.
Me siento contando una historia victoriana de esas de 800 páginas en las que NO. PASA. NADA.
Porque así fue. No pasó nada.
Me dieron un vehículo empresarial durante horas laborales y nadie me preguntó nada.
Nice.
Entonces el otro día me puse zapatos nuevos que me estaban tallando el talón y le pregunté a la compañera de la oficina de al frente si tenía una curita.
Me dijo:
No, pero puedes ir a la enfermería. El código para entrar lo solicitas en recepción. Cuando entres, hay un formulario que debes llenar donde especifiques qué te ha ocurrido, si ha sido durante tu horario laboral o fuera de él, si ha sido un accidente laboral o personal, si es algo que conllevará a que no puedes cumplir con tus responsabilidades y por cuánto tiempo y por qué. Cuando llenes ese formulario, le sacas una copia, dejas el original firmado en el archivador que se encuentra ahí. La copia la entregas después en recepción. Habiendo entregado la copia, la recepcionista te entrega las llaves para el botiquín del que puedes sacar la curita. Recuerda NO botar el papel de la curita en la basura, sino en el contenedor que se encuentra marcado; esto es para tener trazabilidad precisa de todos los insumos médicos que se usan en la empresa. Al sacar la curita, debes registrar tu nombre, posición, email de contacto empresarial, fecha, hora, y motivo de necesidad de la curita. Y listo!
Un vehículo empresarial me lo entregan sin preguntas. Pero una curita requiere documentación - con copia - para propósitos de trazabilidad.
Y ahí está el protocolo y los obstáculos burocráticos que me hacían falta. Willkommen in Deutschland.
Hey... welcome back. Me hacían falta tus escritos. Lo disfruté. No somos ni mejores, ni peores, somos distintos. Me gustó.
ResponderBorrarJa ja ja... pide y se os dará!
ResponderBorrarGenial historia.
Gracias por hacerme vivir en Alemania durante 10 minutos...
Que viva la disciplina y el orden y el protocolo.
Menos mal vivo en tierra de carnavales...
Será en otra vida que aprenda a llenar formatos!
Hola, me llamo Mafe higuera, para que te ubiques más (hija de Olga lucía Acero). Hace unos días me reuní con tú mamá y me comentó sobre este genial blog, que chevere es globalizar estas experiencias y reflexionar sobre algunos temas que parecen "tontos" como lo relativo que pueden ser los protocolos (la importancia) en diferentes lugares del mundo, algún día me gustaría conocerte y que me cuentes muchas experiencias más, un abrazo.
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