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Mostrando las entradas de mayo, 2011

Todo un Maranguango (o, mejor dicho, emdipi)

Todo en 2011, todo yo solita, todo una aventura. ¿Cuál te gusta más? Natural Natalya Champagne Natalya   Mokkabraun Natalya   Rubin Rot Natalya  

Querido Mariano

Querido Mariano: El sábado pasado casi-ique se acaba el mundo, y yo ni me di por aludida. ¿Tu qué estabas haciendo el sábado 21 de mayo del 2011 a las 6 p.m.? Yo estaba en cine, viéndome una película más bien malonga. Pero nada especial, nada trascendental. A decir verdad, yo no me creí el cuento de que el mundo se iba a acabar; por eso fue que no le paré muchas bolas a la situación. Pero ajá, quién soy yo para decir si algo es o no cierto, ¿cierto? Es decir, el tipito que predijo el Día del Rapto para esta fecha tenía tanta probabilidad de estar en lo cierto como de estar equivocado: 50%-50%. Vaya uno a saber, por esas casualidades de la vida, por esas conspiraciones del universo, que el 50% que le saliera al tipo fuera el 50% de que sí se acaba el mundo... Pero como el punto es que uno nunca sabe, y que las cosas hay que hacerlas en vida (como tanto le dijo la Madre Edith a Yete), yo aprovecho para decirte muchas cosas que desde hace rato quiero decirte. Pero entre la procrastina

¿Idiosincracia colombiana? Noooo, mijito...

Nosotros creemos que hay muchas cosas que son nuestras, que nos pertenecen, que nos identifican. Nos creemos únicos, e incluso sacamos esos chistes de "sólo en Colombia...", y nos reímos desde nuestra casa en Niullor, o Mayami, o desde alguna parte de Yurrop, porque extrañamos nuestra casa y aquellas idiosincracias que nos hacen ser quienes somos. (Y que, en la mayoría de los casos, son precisamente las razones por las que estamos felices de ya no vivir en Colombia.) El otro día me encontré viendo el Blog de una amiga. Es extranjera (nació en Suecia, pero ha vivido en los Estados Unidos, en Francia, y por cortos momentos en otras ciudades de Europa, y ahora en otro continente, digas que en "Colombia") y en ese post escribió sobre las idiosincracias de los, eh, "colombianos". Dice el título, "Sabes que vives en Barranquilla si..." y tiene algunos comentarios jocosos (mis preferidos: Sabes que vives en Barranquilla si tienes que correr para cru

El mundo sin mediocres es mejor

La mediocridad es un tema bien complicado, porque no se puede generalizar. No se puede, además, decir que alguien es muy mediocre, o sólo un poquito mediocre - eso es como decir que alguien está un poquito embarazada... La mediocridad se mide de acuerdo a las aptitudes y actitudes de cada persona. Por ejemplo, ¿es mediocre un bailarín? Sí, si no baila. Pero mi prima, a quien Dios bendijo con todos los dotes de baile que no nos dio a las otras primas en la familia, no es para nada mediocre al ser profesora de baile: lo hace supremamente bien, le gusta, y le pagan por hacerlo. ¿Es mediocre una ama de casa? Sí, si la casa se la pasa desarreglada. Pero en mi familia hay varias que mantienen casas hermosas, siempre limpias; amas de casa que hacen brownies cualquier tarde y les quedan deliciosos; amas de casa que se sientan con sus hijos a hacer las tareas; amas de casa que atienden a sus maridos; amas de casa que disfrutan administrando el hogar. ¿Es mediocre una estudiante eterna? Sí

¿Quién dijo que la realidad es chévere?

Todos tenemos - o, al menos yo siempre tuve - la ilusión de ser grande y vivir solo. Solos, con novio, con roommate , quizá incluso con la hermana, pero solos: sin papás, sin tíos, sin abuelos. Solos. Independientes. Liberados. Emancipados. Y en esa ilusión, ese sueño, todo es perfecto: la casa siempre está perfecta, ordenada; siempre hay mercado en la nevera y en la alacena; la ropa siempre está perfectamente doblada (planchada, incluso), y huele rico. Es chévere porque los amigos vienen y visitan, traen regalos y ayudan a arreglar cuando se marchan. Si el plan es cenar, ellos traen la compra, yo sólo pongo el aceite y las ollas. Y ellos lavan los platos al final. Si el plan es ver películas, ellos las traen, y las crispetas y la Coke. Ah, claro, y mi sofá es súper cómodo y grande y blanco y nunca se ensucia. Mi familia viene de visita a mi casa y se enorgullecen de mi madurez y de mi excelente manejo de la independencia. Mi papá hasta me regala 1 millón de pesos para que me compr

Somos alemanes, porque hacemos lo que los alemanes hacen. ¿Cierto?

La vida de los alemanes al norte de Alemania gira en torno al sol y al calor. Es decir, vivimos 8 meses añorando 4 meses de sol, y 11 meses y 2 semanas rogando por 2 semanas de calor. Durante los últimos días de verano (que ya son fríitos), todo el otoño, todo el invierno, y el principio de la primavera (que es oscuro, lluvioso y frío) nos la pasamos contando los días para que el sol brille, para que la temperatura se mantenga por encima de 10°C, y para que se sienta rico - no digo calientico, porque no creo que sea geográficamente posible que una sienta calor aquí... pero tengo fe, ¡tengo mucha fe! Pero ya estamos en ese momento de la primavera en que los cielos son abiertos y azules, sin nubes que escondan el sol; el viento sopla, y sopla brisa fría y fuerte, pero el sol, solecito brilla fuerte y con ganas - y si una se para justo en el lugar en el que el rayito de sol pega con toda, puede hasta sentir calor. No, no se siente mi añorada gotica de sudor corriendo por la raya de la