Hace un par de semanas recibimos una llamada totalmente inesperada de mi tío W. Fue una conversación más bien corta (pero larga para sus estándares), muy agradable, y llena de risas y chistes malos. Así son los Chegwin: hueseros. Si no, pídele a mi tío T que te cuente un chiste, y no te pierdas de su carcajada para con él mismo. No es de gratis que yo sea tan mala echando chistes. Mira mi preferido: Hay dos pastelitos de queso de hojaldre sentados en un horno. Un pastelito de queso de hojaldre le dice al otro pastelito de queso de hojaldre, "Oye, hace ful calor aquí adentro, ¿ah?" Y el otro pastelito de queso de hojaldre responde, "OH POR DIOS, ¡un pastelito de queso de hojaldre que habla!" Es el mejor de mi repertorio, y me estoy riendo mientras escribo esto. Pero bueno - el punto es que mi tío W llamó a saludar y eso fue ful chévere. Al final de la conversación, le dijo a mi esposo (estábamos en altavoz): "Yo soy de los que se desaparece, yo no aparezco
a veces, por mucho que intentemos, es imposible sacarnos la realidad de la cabeza...