Tengo dos tíos, T y W, a quienes quiero muchísimo. Son buenos padres de familia, pero tienen ciertas cosas que hasta el 20 de enero de este año me parecían ridículas. ¿Ahora? Ahora con #littleBabyHergett en mi vida no solo los he plagiado descaradamente, sino que me parecen las más altas pruebas de amor. De mi tío T aprendí a dar besos curativos. T es ful ocupado, trabaja mucho, tiene mucho que hacer. Un día fue con su hijo, mi Batiprimo, a la oficina. Mi Batiprimo estaba jugando en las escaleras (tendría 4 años): el chiste era saltar de dos o tres escalones para abajo. Mi tío estaba ocupado. Mi Batiprimo estaba jugando. Mi tío estaba trabajando. Mi Batiprimo se cayó. Quiero a continuación narrar lo que ocurrió en los siguientes 4 segundos. Cuatro segundos. Y lo sé porque mi puesto en la oficina era directamente al frente de la oficina de mi tío, mirando las escaleras, entonces lo vi todo. Y lo cronometré. Esto fue lo que pasó: Segundo 1: mi Batiprimo se cae al dar una ma
a veces, por mucho que intentemos, es imposible sacarnos la realidad de la cabeza...