Tengo dos tíos, T y W, a quienes quiero muchísimo. Son buenos padres de familia, pero tienen ciertas cosas que hasta el 20 de enero de este año me parecían ridículas. ¿Ahora? Ahora con #littleBabyHergett en mi vida no solo los he plagiado descaradamente, sino que me parecen las más altas pruebas de amor.
De mi tío T aprendí a dar besos curativos. T es ful ocupado, trabaja mucho, tiene mucho que hacer. Un día fue con su hijo, mi Batiprimo, a la oficina. Mi Batiprimo estaba jugando en las escaleras (tendría 4 años): el chiste era saltar de dos o tres escalones para abajo. Mi tío estaba ocupado. Mi Batiprimo estaba jugando. Mi tío estaba trabajando. Mi Batiprimo se cayó.
Quiero a continuación narrar lo que ocurrió en los siguientes 4 segundos. Cuatro segundos. Y lo sé porque mi puesto en la oficina era directamente al frente de la oficina de mi tío, mirando las escaleras, entonces lo vi todo. Y lo cronometré. Esto fue lo que pasó:
Segundo 1: mi Batiprimo se cae al dar una mala pisada intentando saltar de a cuatro escalones esta vez. Mi tío alcanza a ver que la velocidad y el ángulo de caída de su hijo no era precisamente aquella de una persona saltando con control de sus movimientos, sino más bien aquella de una personita que se está cayendo sin quererlo (mi tío es ingeniero y se le nota). Suelta el teléfono, dejando su importante llamada literalmente colgando, y de un brinco ya ha salido de su oficina.
Segundo 2: mi Batiprimo toca el piso, y empieza a entender que se ha caído, y que las caídas duelen. Abre la boca para soltar un llanto de dolor, sus ojitos inundados de lágrimas, y busca con la mirada a alguien que lo salve.
Segundo 3: T está en el piso, acunando a mi Batiprimo, revisando que no haya sangre ni nada notoriamente roto o doblado (mi tío es ingeniero, no médico).
Segundo 4: ya mi tío ha subido a mi Batiprimo a su oficina, donde lo sienta sobre un mueble. Mi Batiprimo llora desconsolado, y T le pregunta, "¿Te doy besos curativos?" Mi Batiprimo asiente y se acaban los segundos cronometrados, porque los besos curativos no se calculan ni cronometran.
Mi tío le pregunta dónde le duele, y ahí le da besos curativos. Era la rodilla. Pero mi Batiprimo le dijo que también la pierna le dolía, y ahí también hubo besos curativos. Y después dijo que además el codo le dolía un poquito, y ahí también hubo besos curativos. Y ahí estaban, mi Batiprimo con los ojitos aguados, y mi tío, el gran jefe y dueño de su empresa, dejando todo de lado para darle besos curativos a su hijo. Inservibles, pensaba yo en ese momento. Y qué equivocada estaba.
A #littleBabyHergett le encantan los besos curativos. Se ríe a veces, y su sonrisa es curativa para Honey y para mi. Curan todo esos besos, arreglan todo lo dañado y componen todo lo descompuesto. Son curativos, sí, y catárticos además, y milagrosos y mágicos - y una delicia. Una delicia porque es un momento totalmente privado entre padre e hijo. Eso era lo que yo no entendía, y que ahora sí entiendo. No son los besos como tal: es el hecho de que la atención absoluta de mi tío estaba dedicada a su hijo, y la atención absoluta de mi Batiprimo estaba destinada a su papá. #littleBabyHergett, que apenas hace unas semanas empezó a enfocar y mirar fijamente, tiene esos momentos de intimidad y privacidad conmigo cuando le doy besos curativos.
Y se los seguiré dando toda la vida, cuando se caiga de su bicicleta la primera vez, cuando alguien le rompa el corazoncito por primera vez, cuando no le salgan las cosas como quiere por primera vez (si tiene genes Chegwin, tendrá baja tolerancia a la frustración), cuando su equipo pierda por primera vez, cuando no pase el examen por primera vez, cuando fracase por primera vez, cuando le quiten el apéndice o la vesícula biliar...
...y cuando se vaya de la casa por primera vez, y cada vez que vuelva, le voy a seguir dando besos curativos.
A #littleBabyHergett le encantan los besos curativos. Se ríe a veces, y su sonrisa es curativa para Honey y para mi. Curan todo esos besos, arreglan todo lo dañado y componen todo lo descompuesto. Son curativos, sí, y catárticos además, y milagrosos y mágicos - y una delicia. Una delicia porque es un momento totalmente privado entre padre e hijo. Eso era lo que yo no entendía, y que ahora sí entiendo. No son los besos como tal: es el hecho de que la atención absoluta de mi tío estaba dedicada a su hijo, y la atención absoluta de mi Batiprimo estaba destinada a su papá. #littleBabyHergett, que apenas hace unas semanas empezó a enfocar y mirar fijamente, tiene esos momentos de intimidad y privacidad conmigo cuando le doy besos curativos.
Y se los seguiré dando toda la vida, cuando se caiga de su bicicleta la primera vez, cuando alguien le rompa el corazoncito por primera vez, cuando no le salgan las cosas como quiere por primera vez (si tiene genes Chegwin, tendrá baja tolerancia a la frustración), cuando su equipo pierda por primera vez, cuando no pase el examen por primera vez, cuando fracase por primera vez, cuando le quiten el apéndice o la vesícula biliar...
...y cuando se vaya de la casa por primera vez, y cada vez que vuelva, le voy a seguir dando besos curativos.
Nat... te mando un beso. Debo informarte que la idea de Tico realmente no es de Tico, es heredada, se llama "ungüento de besos", mi mamá nos lo aplicaba a todos en todos esos momentos a los que haces referencia, y funcionaba, y funciona. Te mando un beso, ungüento de besos y besos curativos. Que lindo mensaje el de hoy.
ResponderBorrarQue linda historia! Que se mantengan vivos los besos curativos!!!!
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