Yo viví con mi mamá casi 18 años. Fueron súper chéveres - si no me crees, busca los posts en los que te cuento cómo me despertaba para ir al colegio con canciones y desayuno en la cama. Si eso no es vida, no sé qué es. Y ajá, me dieron la beca, cumplí 18, y me fui. Así como así. Si nuestra relación antes era buena, ahora que ya no vivíamos juntas era perfecta. Claro, hey: yo era la hija pródiga que volvía a la casa de vacaciones y me trataban como una reina. ¿Qué cómo se mejora un desayuno en la cama todos los días? Imagínate cómo me trataban de bien que en los días malos solo había desayuno en la cama. O sea. La envidia es mejor despertarla que sentirla...
Y entonces ahora, muchos años después, por fortuna no frente a un pelotón de fusilamiento (pero eso a veces suena menos peor que 40 semanas cumplidas de embarazo), mi mamá vino a verme a mi. Vino a mi casa. A mi espacio. Y vino por dos meses.
Oh. Por. Dios.
Ya verás: yo tenía una rutina. Yo tenía procedimientos. Yo tenía reglas y estrictos procesos para todo. Para algunos (como mi pobre esposo), esas rutinas y procedimientos no eran más que excusas para mi flojera. Whatever. Son mis rutinas y mis procesos y punto.
Por ejemplo, cuando mi esposo se va a trabajar, yo me siento en la mesa de la cocina y me sirvo un vaso de agua con un sánduche. Dejo el vaso en la mesa, junto con el cuchillo embadurnado de mayonesa al lado del queso, y me voy a seguir con mi rutina (que bien podría ser dormir, o ir a trabajar, dependiendo del día. En todo el 2015 ha sido dormir.). Cuando me levanto de nuevo, voy a la cocina y ahí está todo perfecto, esperándome: mi vaso, mi cuchillo, mi mayonesa - mi todo. Exactamente como yo lo dejé para evitarme el doble trabajo de tener que volver a sacar todo, y de ensuciar un segundo vaso y un segundo cuchillo.
Pero ahora...
Ahora mi mamá vive conmigo. Y digo conmigo y no "con nosotros" porque Honey está trabajando y no sufre con estas cosas. Sufre, digo yo, porque mira lo que me ha pasado desde el 14 de diciembre que mi mamá llegó: es la tragedia familiar del año pasado que se ha corrido a este nuevo 2015...
Me despierto de mi siesta y - oh sorpresa - la mesa está totalmente limpia. Mi vaso no está ahí, ni mi cuchillo embadurnado, ni tampoco la gota de mayonesa que (sin querer queriendo) había dejado en la mesa. El pan está en su puesto, el queso está en su puesto; incluso el vaso y el cuchillo ya están lavados.
¿Qué tal? ¿¡Qué tal!? Ya no hay respeto por las rutinas privadas de cada familia.
La otra noche dejé el mercado medio puesto en el mesón de la cocina mientras venía a ponerme la pijama (es parte de mi rutina: en la casa, una está en pijama), y cuando entré a la cocina (te juro que no habían pasado más de 10 minutos) ya estaba todo guardado, en su puesto, organizado, la cocina limpia e impecable. ¿Qué es ese abuso de confianza, oye? Ya una ni puede guardar su propio mercado (que se hubiera quedado en la mesa un par de horas, de acuerdo a mi rutina).
Otro día cuando me levanté, ya estaba listo el almuerzo (así de tarde me levanté ese día, y así de tanto madruga ella de todos modos). Terrible, ¿ah? No la dejan a una desayunar porque ya hay un perfectísimo arroz con pollo servido en la mesa. Es lo peor. (Lo peor en serio en serio es que estaba tan rico que ni mi orgullo me impidió comérmelo.)
Cada vez que abro la nevera, está llena de comida fresca y deliciosa. La alacena se está desbordando por la cantidad de comida que hay. La ropa siempre está limpia. La cocina siempre está impecable. La sala siempre está arreglada. Me pregunta cómo me siento, que qué puede hacer por mi, que qué me ofrece; me pela naranjas y toronjas y me las trae a la cama; me obliga a comer melón. Es terrible. Es lo peor que me ha pasado en toda la vida. Me está destruyendo mi rutina y mis procesos y mis procedimientos y me está volviendo loca.
Entonces, querido lector, te pido tu consejo: ¿qué hago para que MÁS NUNCA se vaya y siga dañando todas mis rutinas y mis procesos?
Públicamente quiero decir: GRACIAS, mami. (Pero deja de estar quitándome el vaso "limpio" todo el tiempo. Es en serio.)
PD: a la fecha de redacción de este post, todavía no ha nacido #littleBabyHergett.
Volviste antes de lo que esperaba!
ResponderBorrarQue chevere jejeje. Si no vas al hotel mamá, el hotel mamá irá a tí. Ese nieto no se lo perdían por nada :)
Tal cual. No sabia si reír o llorar. Así somos las mamás y así serás tu con el pequeño Rolf. Un abrazo grande y aprovecha y sácale al jugo a esa mamá tan inoportuna en tus rutinas.
ResponderBorrarConsejos:
ResponderBorrar1. Aprovecha que ya tuviste uno y queda embarazada enseguida.
2. Creen un PEP Kiel, ¡eso estaría genial!
#GoodLuckWithLittleBabyHergett