Cuando conocí a mi esposo, me dijo que su gran sueño en la vida era irse a Alemania a estudiar mecánica automotriz. Ese sueño se volvió como un mantra, de esas cosas que uno repite tanto esperando que se vuelvan realidad. Pero mi esposo, muy de la vida real, es consciente de que no basta con sentarse a esperar a que las cosas buenas le pasen a uno, sino que uno tiene que buscar esas cosas buenas y cogerlas por los cuernos. Entonces se puso las pilas, buscó las oportunidades y se vino para Alemania.
(y yo ahí detrás)
Estando aquí, concretó su sueño: quería estudiar mecánica automotriz en Mercedes. Después de haber hecho prácticas iniciales de un par de semanas y de mandar hojas de vida a todos las posibles opciones, recibió invitación de Audi - pero dijo que no, porque estaba esperando a Mercedes. Recibió tres invitaciones más - pero dijo que no, porque estaba esperando a Mercedes. Y finalmente llegó la invitación de Mercedes. En 6 meses, dos sueños cumplidos.
El mes pasado mi esposo se graduó, acortando su carrera por seis meses. Ahora mi esposo ha cumplido su sueño en su totalidad: es mecatrónico automotriz graduado en Alemania, con una carrera equivalente a un Bachelors degree, tipo ingeniería, y trabaja para Mercedes.
Cuando llamaron su nombre en la pseudo-ceremonia de graduación (a los alemanes no les gustan las ceremonias), mi esposo se levantó de un brinco, gritó de la felicidad y su sonrisa contagió a todos sus compañeros, quienes aplaudieron y compartieron su felicidad. Los profesores y directivos entregando diplomas lo felicitaron (de su grupo era el único que se graduaba temprano) y le desearon éxitos con enormes sonrisas. La felicidad de mi esposo fue totalmente infecciosa. Claro: mi esposo estaba culminando un sueño de toda la vida. ¿¡Cómo no va a ser eso motivo de felicidad compartida!?
Sus compañeros, por otra parte, aquellos que se graduaron a tiempo o dos o tres semestres tarde, al oír sus nombres se levantaron de sus sitios con la misma felicidad con la que uno va a ver al dentista, parsimoniosos, catatónicos. Estaban aburridos casi, como si graduarse fuese un cuento de a diario, tan emocionante como comprar arroz y parar en un semáforo en rojo.
El problema es que sus compañeritos viven en un mundo (Alemania) donde todo es gratis - el colegio es gratis, la universidad es gratis; si después de la universidad no consiguen trabajo, el Estado les paga "sueldo" de desempleo, incluyendo pago del arriendo, porque en Alemania no hay desalojos ni desplazos. Entonces estos chicos salen del colegio y los papás (¿o el Estado?) los obligan escoger una carrera, universitaria o técnica, todo pago, y esa gente va al colegio todos los días hasta que se gradúan y ya - si consiguen trabajo bien, sino también. Fin de la historia.
Es que cuando todo es gratis no hay ganas de trabajar, luchar por los sueños propios. Yo no digo que el hambre sea chévere, pero es precisamente el hambre (literal y figuradamente) la que hace que el colombiano tenga esa tenacidad para lograr lo que se propone. Esta gente que tiene todo gratis, todo en bandejita de plata, todo fácil, no tiene hambre de éxito, no tiene hambre de mejorar, no tiene hambre de sobresalir. Este socialismo democrático crea gente facilista, mediocre, sin ganas.
Felicito a mi esposo por, a pesar de ser alemán y vivir en Alemania, seguir con el hambre colombiana que hace que uno quiera más, logre más y tenga más. Lo gratis termina saliendo caro, ojalá que ese nunca sea nuestro caso.
(y yo ahí detrás)
Estando aquí, concretó su sueño: quería estudiar mecánica automotriz en Mercedes. Después de haber hecho prácticas iniciales de un par de semanas y de mandar hojas de vida a todos las posibles opciones, recibió invitación de Audi - pero dijo que no, porque estaba esperando a Mercedes. Recibió tres invitaciones más - pero dijo que no, porque estaba esperando a Mercedes. Y finalmente llegó la invitación de Mercedes. En 6 meses, dos sueños cumplidos.
El mes pasado mi esposo se graduó, acortando su carrera por seis meses. Ahora mi esposo ha cumplido su sueño en su totalidad: es mecatrónico automotriz graduado en Alemania, con una carrera equivalente a un Bachelors degree, tipo ingeniería, y trabaja para Mercedes.
Cuando llamaron su nombre en la pseudo-ceremonia de graduación (a los alemanes no les gustan las ceremonias), mi esposo se levantó de un brinco, gritó de la felicidad y su sonrisa contagió a todos sus compañeros, quienes aplaudieron y compartieron su felicidad. Los profesores y directivos entregando diplomas lo felicitaron (de su grupo era el único que se graduaba temprano) y le desearon éxitos con enormes sonrisas. La felicidad de mi esposo fue totalmente infecciosa. Claro: mi esposo estaba culminando un sueño de toda la vida. ¿¡Cómo no va a ser eso motivo de felicidad compartida!?
Sus compañeros, por otra parte, aquellos que se graduaron a tiempo o dos o tres semestres tarde, al oír sus nombres se levantaron de sus sitios con la misma felicidad con la que uno va a ver al dentista, parsimoniosos, catatónicos. Estaban aburridos casi, como si graduarse fuese un cuento de a diario, tan emocionante como comprar arroz y parar en un semáforo en rojo.
El problema es que sus compañeritos viven en un mundo (Alemania) donde todo es gratis - el colegio es gratis, la universidad es gratis; si después de la universidad no consiguen trabajo, el Estado les paga "sueldo" de desempleo, incluyendo pago del arriendo, porque en Alemania no hay desalojos ni desplazos. Entonces estos chicos salen del colegio y los papás (¿o el Estado?) los obligan escoger una carrera, universitaria o técnica, todo pago, y esa gente va al colegio todos los días hasta que se gradúan y ya - si consiguen trabajo bien, sino también. Fin de la historia.
Es que cuando todo es gratis no hay ganas de trabajar, luchar por los sueños propios. Yo no digo que el hambre sea chévere, pero es precisamente el hambre (literal y figuradamente) la que hace que el colombiano tenga esa tenacidad para lograr lo que se propone. Esta gente que tiene todo gratis, todo en bandejita de plata, todo fácil, no tiene hambre de éxito, no tiene hambre de mejorar, no tiene hambre de sobresalir. Este socialismo democrático crea gente facilista, mediocre, sin ganas.
Felicito a mi esposo por, a pesar de ser alemán y vivir en Alemania, seguir con el hambre colombiana que hace que uno quiera más, logre más y tenga más. Lo gratis termina saliendo caro, ojalá que ese nunca sea nuestro caso.
Supongo que eso es lo bueno de tener que luchar para conseguir todo: La satisfacción de poderlo haber logrado, en vez de no esforzarse a nada porque es un derecho. Chévere la actitud de tu Honey.
ResponderBorrarA propósito, mi sueño también va por ahí, pero va más lento de lo que esperaba... espero poder celebrarlo de la misma manera algún día
Te lo dije mientras estabas en la India, y te lo vuelvo a decir ahora: Si hay algo que podamos hacer por ti aquí en Alemania para ayudarte a cumplir tu sueño, sólo tienes que hacérnoslo saber. :-)
BorrarMuchas gracias y lo tengo en cuenta :D
BorrarQuizá te consulte cuando empiece a escribir ensayos de aplicación
Pues aunque el dicho dice que "Lo que logras con sudor es mil veces más satisfactorio cuando lo logras" también en cierto que cuando ya se vuelve cuasi titanica la odisea las cosas se vuelven frustantes, en especial cuando ves a otros que logran esas mismas cosas más facilmente.
ResponderBorrarHeme aquí, ya con el "thumbs up" de Colfuturo pero penando por la acpetación de la universidad para poder cumplir mi plan/sueño desde 3 años...y pues coloquialmente, caga*** vidrios por la espera con la posible negativa que haría que todo se volviera más complicado.
Pero bueno, muchas felicitaciones a tu esposo por lograr un sueño porque si...no hay nada más sabrocito que lograr lo que uno se propone!
Ay, querido Creepo, lo que pasa es que UNA escribe sólo de las cosas buenas. Y lo escribo así todo resumido porque una lectora me dijo que tenía que aprender a resumir para mantener mi audiencia... Pero eso no quiere decir que para mi esposo haya sido ni fácil ni rápido. Ni tampoco mi vida en este país perfecto ha sido ni fácil ni rápido. Te deseamos mucho éxito en tus planes. Pero, si no salen, no te des por vencido. :-)
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