Las cosas como son

Este fin de semana alguien me dijo "las cosas como son." Es decir, en este mundo de blanco-y-negro, sin matices de gris, decir "las cosas como son" es decir la verdad a calzón quitao, sin pelos en la lengua, y casi siempre de manera ofensiva "pero sin ofender" y con tono grosero, antipático y lleno de una arrogancia infinita - porque "las cosas como son" es el equivalente a la verdad absoluta que el emisor sabe y que por magnánimo me comparte.

Vaya cosa ridícula.

No sé si la frase es particularmente colombiana, o cachaca. La primera vez que la escuché fue de un cachaco. (O al menos fue la primera vez que me impresionó la frase.) En nuestro grupo de amigos, uno recién divorciado presentó a la novia nueva, y la primera frase que salió la de la boca de la novia de otro fue, "Hola. Ustedes se están cuidando, ¿cierto? No vaya a ser que quedes embarazada de repente..." La novia nueva se quedó pálida, ya que es de conocimiento general (creería yo) que la vida sexual de una pareja es cosa de ellos dos; la novia del otro se quedó sorprendida ante la falta de respuesta (porque aparentemente uno debe presentarse diciendo su nombre y su método de protección anticonceptivo de preferencia, junto con la edad y hoja de vida, por si las moscas), y pronto soltó el comentario, "No me sorprendería que quedara embarazada en un par de meses..." El novio de la nueva soltó una risita incómoda, y el novio de esta boqui-suelta dijo, "Es que ella siempre dice las cosas como son."

¿Es que acaso decir "las cosas como son" es invadir la esfera privada de una persona en una situación pública de manera embarazosa?

Lo que pasa es que "las cosas como son" se ha convertido en sinónimo de "decir la verdad." Y si no dices "las cosas como son" entonces eres un hipócrita, cínico y mentiroso. O al menos eso piensan los idiotas que dicen "las cosas como son." (<--- ¿viste lo que hice ahí? ¡Dije las cosas como son!)

A mi que por favor no me digan las cosas como son. A mi me gustan las verdades dichas con cariño, con respeto y con prudencia. Hay momentos y lugares para todo. No me gustan las mentiras, pero no me gustan tampoco las verdades dichas en tonos o momentos inapropiados. Hay una diferencia muy, muy grande entre las personas brutalmente honestas, de esas que dicen la verdad (¿cuál es la verdad, de todos modos?) aún cuando no se les ha pedido, y las personas que dicen mentiras para mantener el ambiente cordial.

A la pregunta, ¿Me veo gorda?, la respuesta no siempre es "no". A veces (¿siempre?) hay que decir la verdad. Si sí te ves gorda, quizá es prudente decir que sí. Sobre todo si te ves mal. Pero una cosa es decir, "Uy, sí, estás hecha una cerda marrana vaca enorme" a decir "Hm, esa pinta no te queda bien porque has subido un poco de peso." Si el que dice lo primero dice "las cosas como son", ¿el otro qué dice? Una verdad recubierta en dulce para no herir susceptibilidades no es una mentira, siendo que no es "las cosas como son". Pero, ¿en serio? ¿En serio hay que recurrir al insulto para decir las malditas cosas como son?

Peor es el caso cuando no hay pregunta formulada y de todos modos alguien te dice las cosas como son. Al parquear mal, el que te dice las cosas como son dice, "Uf, ¡pero sí es que eres bruta!" en vez de decir, "Debes practicar más la parqueada, porque lo haces muy mal." Al perder un examen o no pasar una entrevista de trabajo, el que te dice las cosas como son dice, "Noooo, pero tu sí que vas es de mal en peor, ¿no? Ahí sí no hay nada que hacer, estás pero en las malas malas. O sea, de Guatemala a Guate-peor" en vez de decir, "Ay, hombre, qué mala suerte."

Pero lo peor de decir "las cosas como son" es que se dicen en cualquier momento, en cualquier lugar, generalmente en un tono y volumen suficientemente alto para que el resto del mundo lo oiga - claro, es que la verdad debe ser de conocimiento público. Cuando se murió mi tía, el idiota que en su funeral dijo las cosas como son, dijo, "Anda, y ahora lo peor es que fijo se mueren de hambre, porque la que mantenía esa casa era ella..." ¿En realidad era necesario ese comentario? Sí, mi tía sí era la que mantenía la casa. Pero eso no quiere decir que mi tío y mis primas sean unos incompetentes incapaces de trabajar y mantenerse. Y si sí lo son, si sí son unos incompetentes incapaces, ¿es acaso el funeral el momento apropiado para preguntarse por las finanzas de la familia del difunto?

Al diablo con "las cosas como son." Al diablo con la gente que dice las cosas como son. Yo prefiero gente que sea decente, prudente, honesta y con respeto a la situación y a la persona. A mi no me digas las cosas como son. Háblame con cariño, con respeto, con la verdad pero sin ofender ni buscar amarillismos. O, mejor aún, if you have nothing nice to say, don't say anything at all.