Recientemente fuimos a un partido de fútbol. Jugaban Holstein Kiel, el equipo local, contra Unterhaching, un equipo del puro sur de Alemania. (Por cierto, por diversión deberías intentar pronunciar esa palabra. Recuerda que no es inglés, así que la /ch/ no suena como la /ch/ de Chegwin. Y recuerda que no es español, así que la /h/ no es muda. ¿Ya lo intentaste? Se pronuncia /un-ter-JA-jing/. Qué palabra tan fea, ¿ah?)
Fuimos al partido porque nuestros amigos Jenny y Dennis (los ves en la fotos abajo) nos invitaron. A los alemanes, hemos descubierto, les encanta invitarnos a cosas nuevas. Creo que es parte de su necesidad innata de investigar comportamientos nuevos, o una forma de vivir sentimientos como la curiosidad o la sorpresa por medio de otros. Cualquiera que fuese el motivo de la invitación, el punto es que nos invitaron y fuimos.
El equipo de Kiel es categoría 3 - creo que me voy a morir sin entender qué significa eso. Pero bueno. Lo chévere del partido no fue el partido como tal, sino la experiencia. Ya ves, estábamos sentados del lado de la Barra Brava del Holstein Kiel... OH. POR. DIOS.
Cuando yo oigo "barra brava" pienso inmediatamente en las barras bravas colombianas, para las que el fútbol más que un deporte o una pasión es una necesidad, un estilo de vida que se puede manejar y manipular con violencia. Yo he escuchado de la gente que se mete en líos fuertes de verdad estando en las barras bravas; peor aún cuando los alemanes, tratando de explicarme qué son estos hardcore fans me dicen que son los Hooligans de Kiel.
Es decir, yo estaba nunca había estado tan mosca en leche en mi vida. ¿Te acuerdas de esa propaganda de su dinero puede estar en el lugar equivocado?
Pero resulta que los hardcore fans del Holstein Kiel son mi tipo de hardcore fans. Ya ves, mi esposo y mi papá se quejan de que soy una escandalosa, entonces aquí hallé mi nicho perfecto. La idea de "barra brava" es Kiel es apoyar y hacerle barra a tu equipo cada minuto de los 90 que dura el partido. Mira - así empieza el evento:
Ahí cantan - no, perdón, gritan, que el Holstein Kiel es nuestra vida, y que estaremos siempre a tu lado (allé - allé - allé - Holstein, Holstein Kiel. Du bist unser Leben, wir stehen immer zu dir!). Y después de esa cantan entonces que el Holstein Kiel es lo mejor. Y después hacen con las palmas una barra ahí toda linda y pegajosa. Y después volvemos a cantar que el Holstein Kiel es nuestra vida, y que dale dale, y que tu puedes, y que ajá. Todo lo que se dice en un partido normal. ¡Y AÚN NO HA EMPEZADO EL PARTIDO! Apenas están entrando los dos equipos, se están presentando, se está decidiendo quién empieza, se están saludando entre ellos... y ya el líder de la barra, con megáfono y todo, está ronco.
Finalmente empieza el partido y yo estaba esperando a que la barra brava se calmara para poder disfrutar del evento - todo este tiempo (digamos que ya han pasado 15 minutos...) el líder ha estado dándole la espalda a la cancha porque está ocupado liderando su grupo, dirigiendo las barras, asegurándose de que todos estemos cantando. Ah, sí: porque en una de esas (yo estaba fascinada mirando al tipo) el líder se voltea y sus ojos se enfocan en los míos y furioso - no, neurasténico - me grita ¿¡Por qué rayos no estás gritando con nosotros!? Le quité la mirada y grité con todas las fuerzas que tenía para que al tipo no se le saliera lo Hooligan de verdad... no estaba muy segura de algunas palabras de lo que estaba gritando, pero aplaudía y cantaba a la par del fan más convencido.
Y, como dije: apenas han pasado 15 minutos...
Lo que sí no es diferente en absoluto es el odio colectivo hacia el árbitro. Ese debe ser el peor trabajo del mundo, porque no importa del lado de quién estés, o en qué parte del mundo estés, de "prostituta" y demás sinónimos no baja el pobre señor. Y yo que pensaba que los costeños eran groseros y malhablados - uf, no le llegan ni a los tobillos al alemán promedio. Pero entonces un jugador de los nuestros hace algo bueno y - me encanta esto - alguien le grita, "¡Eres una marrana bacanísima!" ¡ja! Cuando alguien hace algo bueno, un buen pase o un gol, o nuestro arquero tapa el gol, es una marrana bacanísima. ¡Es lo más divino que he oído! Yo quiero ser una marrana bacanísima. Hasta me conformo con ser una marrana bacana.
Y lo otro que me encantó es que con cada gol, el locutor (que no es locutor como los nuestros - este habla nada más cuando alguien mete gol, o cuando algún jugador cambia, o cuando se acaba el partido) interactúa con nosotros:
Locutor: Ha sido un gol de Holstein -
Público: ¡Kiel!
Locutor: Metió gol nuestro capitán Rafael -
Público: ¡Kazior!
Locutor: Ahora vamos Kiel -
Público: ¡Uno!
Locutor: Unterhaching -
Público: ¡Cero!
Locutor: Gracias.
Público: ¡De nada!
Y todos cantamos todo - y todos gritamos todo - y todos vivimos cada gol hasta la última gota.
Y digo eso casi literalmente, porque con cada gol llueve cerveza. De la emoción (o por hacernos la maldad a las idiotas que vamos con blower a ver un partido) el público vacía sus vasos de cerveza hacia el aire y la gravedad (y la brisa y mi mala suerte) atrae esos litros y litros de cerveza hacia al frente y ajá. Todos vivimos cada gol hasta la última gota.
Y fueron cuatro goles - cuatro. Chévere haber ganado. Barro mi pelo... pero bueno. Lección aprendida.
Pero lo chévere es que todos cantamos todo - y todos gritamos todo - y todos vivimos cada gol y cada intento y cada minuto. Todos. Porque el fútbol es contagioso, es emocionante, es universal. Hay gente como yo que no tenemos ni idea qué rayos es eso de "fuera de lugar", y que no entendemos la importancia de que Holstein esté en la categoría 3... pero la emoción de un gol se vive, se siente, se comparte.
Y ajá, la verdad es que después de tres años y medio por aquí, hasta la cerveza empieza a saber rico...
Cuando yo oigo "barra brava" pienso inmediatamente en las barras bravas colombianas, para las que el fútbol más que un deporte o una pasión es una necesidad, un estilo de vida que se puede manejar y manipular con violencia. Yo he escuchado de la gente que se mete en líos fuertes de verdad estando en las barras bravas; peor aún cuando los alemanes, tratando de explicarme qué son estos hardcore fans me dicen que son los Hooligans de Kiel.
Es decir, yo estaba nunca había estado tan mosca en leche en mi vida. ¿Te acuerdas de esa propaganda de su dinero puede estar en el lugar equivocado?
Por si no conoces esa propaganda, mira algunos ejemplos aquí - ¡son hueserísimos!
Pero resulta que los hardcore fans del Holstein Kiel son mi tipo de hardcore fans. Ya ves, mi esposo y mi papá se quejan de que soy una escandalosa, entonces aquí hallé mi nicho perfecto. La idea de "barra brava" es Kiel es apoyar y hacerle barra a tu equipo cada minuto de los 90 que dura el partido. Mira - así empieza el evento:
Ahí cantan - no, perdón, gritan, que el Holstein Kiel es nuestra vida, y que estaremos siempre a tu lado (allé - allé - allé - Holstein, Holstein Kiel. Du bist unser Leben, wir stehen immer zu dir!). Y después de esa cantan entonces que el Holstein Kiel es lo mejor. Y después hacen con las palmas una barra ahí toda linda y pegajosa. Y después volvemos a cantar que el Holstein Kiel es nuestra vida, y que dale dale, y que tu puedes, y que ajá. Todo lo que se dice en un partido normal. ¡Y AÚN NO HA EMPEZADO EL PARTIDO! Apenas están entrando los dos equipos, se están presentando, se está decidiendo quién empieza, se están saludando entre ellos... y ya el líder de la barra, con megáfono y todo, está ronco.
Finalmente empieza el partido y yo estaba esperando a que la barra brava se calmara para poder disfrutar del evento - todo este tiempo (digamos que ya han pasado 15 minutos...) el líder ha estado dándole la espalda a la cancha porque está ocupado liderando su grupo, dirigiendo las barras, asegurándose de que todos estemos cantando. Ah, sí: porque en una de esas (yo estaba fascinada mirando al tipo) el líder se voltea y sus ojos se enfocan en los míos y furioso - no, neurasténico - me grita ¿¡Por qué rayos no estás gritando con nosotros!? Le quité la mirada y grité con todas las fuerzas que tenía para que al tipo no se le saliera lo Hooligan de verdad... no estaba muy segura de algunas palabras de lo que estaba gritando, pero aplaudía y cantaba a la par del fan más convencido.
Y, como dije: apenas han pasado 15 minutos...
Y lo otro que me encantó es que con cada gol, el locutor (que no es locutor como los nuestros - este habla nada más cuando alguien mete gol, o cuando algún jugador cambia, o cuando se acaba el partido) interactúa con nosotros:
Locutor: Ha sido un gol de Holstein -
Público: ¡Kiel!
Locutor: Metió gol nuestro capitán Rafael -
Público: ¡Kazior!
Locutor: Ahora vamos Kiel -
Público: ¡Uno!
Locutor: Unterhaching -
Público: ¡Cero!
Locutor: Gracias.
Público: ¡De nada!
Y todos cantamos todo - y todos gritamos todo - y todos vivimos cada gol hasta la última gota.
Y digo eso casi literalmente, porque con cada gol llueve cerveza. De la emoción (o por hacernos la maldad a las idiotas que vamos con blower a ver un partido) el público vacía sus vasos de cerveza hacia el aire y la gravedad (y la brisa y mi mala suerte) atrae esos litros y litros de cerveza hacia al frente y ajá. Todos vivimos cada gol hasta la última gota.
Y fueron cuatro goles - cuatro. Chévere haber ganado. Barro mi pelo... pero bueno. Lección aprendida.
Pero lo chévere es que todos cantamos todo - y todos gritamos todo - y todos vivimos cada gol y cada intento y cada minuto. Todos. Porque el fútbol es contagioso, es emocionante, es universal. Hay gente como yo que no tenemos ni idea qué rayos es eso de "fuera de lugar", y que no entendemos la importancia de que Holstein esté en la categoría 3... pero la emoción de un gol se vive, se siente, se comparte.
Y ajá, la verdad es que después de tres años y medio por aquí, hasta la cerveza empieza a saber rico...
te esta gustando la cerveza !!!! te amo la pasamos bn
ResponderBorrarNooooo.... no puede ser, todo iba MUY bien, hasta me dio risa, esa risa de verdad verdad en la que tus compañeros de oficina se voltean a mirar porque escucharon tu risa... me gustó, alcancé a escuchar el canto, me contagiaron con la energía-wanna-be de esos alemanes.. pero pero pero... ¿que te guste la cerveza? Nooo... ahora nos toca cuando vengas llevarte al "Bordillo Social Club" y a "La Troja"... ¿será? ¿Qué dirá My Friend de la niña del KCP que todavía cuando habla se pone la mano en la cintura? Sé que mi papá pediría "que le devuelvan la platica...". Noooooo... pero ganó Kiel: Yeeaaa Spartans..!!!
ResponderBorrarFíjate que My Friend no me ha comentado este post... fijo está ful ful disappointed - con la mano en la cintura y todo, ja ja!
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