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Las 10 cosas que he aprendido en Alemania con respecto al frío

Este es mi segundo invierno en Alemania. Chévere, porque no ha sido tan frío como el pasado. Pero barro, porque como no ha sido tan frío como el pasado, no ha habido nieve. Ha habido nevaditas ahí todas "chichis", como dicen los cachacos. O, como dice Honey que dicen los cachacos. Pero nieve que se quede, nieve para hacer hombres de nieve y ángeles y guerras de bolsas de nieve... no.

Pero, siendo que es mi segundo invierno en Alemania, he aprendido mucho. Mucho sobre cómo vivir en climas cambiantes, más específicamente. Pero confieso que no lo he aprendido sola - mucho de lo que hoy sé se lo debo a mis amigos de tierras calientes que llevan muchos años viviendo inviernos muy, muy fríos. Así que de antemano gracias a Beto Severino, Catalina Velázquez, Cris Motta y Natalia Freitas. Como todos me han dicho lo mismo de diferentes formas, los voy a plagiar pero a medias, porque les estoy dando los créditos (¡y mis más sinceros agradecimientos!) aquí. De modo que presento las 10 cosas que he aprendido en Alemania con respecto al frío.

Primero, en el norte de Alemania no hay verano, hay mal clima para esquiar. Igualito que en Georgia, USA, no hay invierno, sino que hay mal clima para jugar golf.

Segundo, en Europa no hace frío, sólo hay gente mal vestida. Específicamente, YO.

Tercero, no por usar más pantaletas térmicas va a hacer menos frío. Cero grados centígrados son cero grados centígrados, con dos, tres o cuatro pantaletas con pelos adentro. Si de verdad necesito estar caliente, necesito ropa de esquiar. Pero como yo no esquío, y realmente no paso tiempo afuera, una pantaleta térmica reicht, como dicen los alemanes.

Cuarto, la ropa interior térmica hecha de lana calienta. Pero caliente MUCHO cuando se está en espacios cerrados con calefacción, y pica como el demonio. Así que, a menos que el plan sea exclusivamente al aire libre, como la ida a cortar el árbol de navidad, y a menos de que esté a menos de 1ºC, no es necesaria. Es más, es un estorbo.

Quinto, si la estancia fuera no supera la media hora (el lapso lo especifica mi tocaya brasileña), no hay necesidad de exagerar las cosas. Es decir, no hay que ponerse tantas capas. La ropa "normal", una chaqueta y el abrigo es suficiente. Y de verdad, si no está lloviendo ni nevando ni hay demasiada brisa, entonces no hay necesidad de guantes; se pueden meter las manitas en los bolsillos del abrigo y ya. Además, el trackpad del BB no lee muy bien con los guantes puestos, y la pantalla táctil del iPhone no reconoce mis dedos. Sin embargo, recomiendo (esta parte es mi propia experiencia, mía personal) NO usar el teléfono a menos de 10ºC al aire libre, porque se congelan los deditos.

Sexto, hay que vestirse en capas, como una cebolla. Pero en capas que se puedan quitar en público. Yo uso (a menos de 5ºC, porque más es demasiado y mucho calor): camisilla, camiseta, saquito delgadito, saquito grueso, sweater or pullover, chaqueta y abrigo. No pueden faltar las pantaletas térmicas, si aplica (y si tanta cosa cabe bajo el jean) unas medias tipo pantyhose pero gruesas, medias hasta las rodillas, medias gruesas, botas con pelos. Pero pilas, que la camiseta debe ser decente y las medias no deben tener huecos, porque fijo dentro de la casa caliente vas a querer quitarte tanta cosa de encima y qué pena que hagas la que yo hice, que ajá, la camiseta está rota y/o manchada y las medias con la garra del dedo gordo salida...

Séptimo, las orejitas tienen que estar siempre calientitas. Siempre. Sin excepción. Las orejas frías duelen y es ful difícil calentarlas. Y las orejas frías dan más frío en el resto del cuerpo.

El sombrerito con la bola es de lo más cómodo - ¡y hace el decir "sí" y "no" un chiste!
(Espero que nadie haya notado la bolsa de basura colgada en la puerta...)

Octavo, si el trayecto es en carro o en bus o en tren, y las estancias al aire libre no exceden 10 minutos, sin importar la cantidad de grados, no hay necesidad de ponerse tanta cosa. Una camiseta, un busito y el abrigo son más que suficientes.

Noveno, yo no soy fan de las bufandas porque odio sentirme ahorcada. Pero son ful prácticas (una bufanda bien amarrada puede calentar el cuello ful rico, y al mismo tiempo evita la sensación de ahorcada porque el abrigo se mantiene abierto) y la verdad es que se ven muy lindas y elegantes. Tengo muchísimas, las tengo porque a mi mamá le gustan. A mi mamá que vive a más de 8,000 km de distancia le gustan... pero las tengo. Por si las moscas.

Y, finalmente, el punto décimo, como bien me enseñó mi mamá, quien por cierto es la Snowflake Queen de Sommerset, Wisconsin, todo depende de la ac-ti-tud. Y como bien me enseño Cris, no hay ninguna ley que diga que porque es invierno y hace frío tiene una que vestirse como una bola de ropas; al contrario, es la época para demostrar la importancia de la bellezura, es la época de vestirse bonita. Así que fuera con los sacos de la talla del papá. Adiós a las camisas cómodas talla XXL. Que se vayan los pantalones con cintura de caucho. Se acabó eso de los zapatos feos y sn tacón. Y bienvenidos sean los sacos ajustaditos, las camisillas y camisetas de mi talla, los pantalones pegados a la moda, o los anchos que marcan algo de cuerpo porque están a la moda, ¡y que se vengan las botas de nieve con tacón!

Y eso es todo. Eso es lo que he aprendido. Y lo he aplicado! Salgo con falda con frecuencia, y ahora con mi pelo corto estoy de blower todos los días, y gracias a mi hermana, sin importar qué diga wetter.com, en mi casa y en mi vida siempre está soleado.



¡Feliz año nuevo!

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