Los principios, las normas o ideas fundamentales que rigen el pensamiento o la conducta (RAE), son complicados. La complicación nace en mi mente a raíz de una amistad nueva. Mi mejor amiga en Alemania es vegetariana.
Querido lector, si no nos conocemos, debo contarte la gran ironía de esta amistad: no me gustan las verduras. Ni un poquito. Ninguna. No como verduras. Es una larga historia y una larga discusión a la que no quiero entrar. Simplemente acepta esta información y entiende la ironía. Marina, mi amiga, no come carne, y yo no como verduras. Almorzar o cenar juntas es, por supuesto, una tragedia.
Yo no como verduras por malcriada; Marina no come carne por principio. Y aquí entramos al meollo del asunto.
Los principios de Marina dictan que matar seres vivientes es malo. Por ende, Marina no consume seres asesinados. Pero, me pregunto, si ese principio es tan serio, ¿cómo puede Marina ser amiga mía? Marina no usa cuero porque viene de animales muertos - es principio de verdad. ¿Por qué Marina puede poner de lado sus principios -matar es malo- mientras nos reímos y hacemos chistes literarios? ¿Por qué Marina no está ofendida conmigo, disgustada y hasta asqueada, porque sabe que como vacas, uso cuero, y lo disfruto?
Pienso entonces en mis principios, y me acuerdo de otra historia de la Natalya de 16 años de la que no estoy muy orgullosa. Uno de mis principios más arraigados es que las drogas son malas. Para evitar debates innecesarios, las "drogas" que son malas no incluyen ni el licor ni el cigarrillo en mi argumento. Entonces, de nuevo: por principio, no consumo drogas (porque son malas). Por principio, intento no relacionarme con personas que consumen drogas. Pero, ay, Natalya de 16 años... La Natalya de 16 años, que por principio ni consumía drogas ni se relacionaba con gente que las consumiera, estaba perdidamente enamorada de uno de los consumidores de droga más conocido de la ciudad. Una noche, peleando con mi hermana (tendría ella 11 años en ese entonces), para insultarme, dijo, "Al menos yo no estoy enamorada de un drogadicto." Lo que pasó a continuación aún me avergüenza. La empujé contra la pared, la tomé del cuello, y le dije, "Métete conmigo todo lo que quieras, pero no te metas con XX." ¿Qué tal? ¿Qué tal, ah? Qué tal esa agresividad mía, defendiendo a un tipo que sí, en efecto, en serio, era drogadicto. Y yo lo sabía. Todo el mundo lo sabía. Yo lo sabía porque el tipo me lo dijo. Y aún así lo defendí. ¿Qué te pasó, Natalya de 16 años? ¿Dónde estaban mis principios?
Digamos que era una adolescente enamorada.
Pero entonces, en la universidad fui novia de un judío que -oh sorpresa- era vendedor de marihuana. En mi defensa, me enteré como al mes de estar saliendo con él. Y, ¿qué hice? Seguí saliendo con él. Mi forma de racionalizarlo fue, "Ay, es tan divino. A mi nunca me ha ni ofrecido. Él me respeta." Bueno, esa divinidad se acabó una noche, y esa misma noche nuestra relación.
Qué pasó con mis principios, ¿ah? ¿Qué pasa con los principios de Marina?
Mis principios siguen evitando que consuma drogas, incluso hoy a los 30 años. Mis principios me siguen alejando de gente que consume droga. Pero uno crece, y eventualmente se entera de que gente cercana a uno consume droga por diversión. "Pero no siempre, Naty, solo a veces, y en situaciones controladas." Y ahí entonces mi cabeza se vuelve loca y mis principios se alborotan. En serio, en serio creo que las drogas son malas. En serio, en serio no quiero relacionarme con gente que consume droga - ni aunque sea "a veces" y ni aunque sea "controlada." Pero es gente buena, a quien quiero mucho, a quien conozco... ¿entonces?
¿Son temporales los principios? ¿Puede Marina dejar sus principios de lado cuando sale conmigo? Yo intento que los planes no siempre sean de comer, y que si sí hay que comer, que sea en restaurantes vegetarianos o con opción vegetariana. Yo intento pedir sopas o pasta o pizza en vez de carne cuando estoy con Marina. Igualito, igualito son mis amigos conmigo: me conocen y no consumen droga frente a mi; es más, me he enterado por accidente, porque mis amigos que consumen drogas me conocen y me respetan y no me ofrecen ni me cuentan. Qué divinos mis amigos, igualitos al judío.
¿Será que los principios se acomodan a las amistades? ¿Será que uno puede dejar de lado las normas o ideas fundamentales que rigen su pensamiento o conducta para pasar un rato agradable con los amigos? Yo no sé. Obviamente yo lo hago. Obviamente Marina lo hace conmigo. ¿Será que hay unos principios más importantes, o más fuertes que otros? Mientras yo era abiertamente declarada agnóstica, mi mejor amiga en la universidad, Amanda, era cristiana creyente al 100% (a Bible-thumpin' Southern Baptist in the heart of the Bible Belt), segura de que ella iría al cielo porque había encontrado la salvación en el Señor Jesucristo y que yo, por consiguiente... este... iría a otra parte donde hace mucho calor. Amanda cree en eso, cree en la Biblia, cree en el cielo y en el infierno. Yo no. ¿Cómo puede Amanda ser amiga mía, todavía hoy? Ella nunca ha tratado de convertirme, ni yo a ella. Nos respetamos. Pero somos tan diferentes...
He pensado mucho en esto. He estado tratando de encontrar cuáles son mis principios. Tiene que haber algo en lo que yo crea, que yo tome como norma o idea fundamental. Complicado, porque si bien creo que matar es malo, estoy a favor de la pena de muerte y del aborto. Creo que uno se casa una vez y es para toda la vida, pero veo parejas que son más felices en el segundo matrimonio, o el tercero. Creo que hay que seguir las leyes, pero a veces la burocracia de la legalidad hace la ilegalidad más factible y razonable (ese es otro blog). ¿Entonces? ¿Soy acaso un ser sin principios?
No sé, la verdad, no sé. Este es un cuento complicado. De pronto mi principio radica en la importancia de las amistades por sobre cualquier ideología. O quizá eso solo es una excusa para no buscar nuevos amigos.
Querido lector, si no nos conocemos, debo contarte la gran ironía de esta amistad: no me gustan las verduras. Ni un poquito. Ninguna. No como verduras. Es una larga historia y una larga discusión a la que no quiero entrar. Simplemente acepta esta información y entiende la ironía. Marina, mi amiga, no come carne, y yo no como verduras. Almorzar o cenar juntas es, por supuesto, una tragedia.
Yo no como verduras por malcriada; Marina no come carne por principio. Y aquí entramos al meollo del asunto.
Los principios de Marina dictan que matar seres vivientes es malo. Por ende, Marina no consume seres asesinados. Pero, me pregunto, si ese principio es tan serio, ¿cómo puede Marina ser amiga mía? Marina no usa cuero porque viene de animales muertos - es principio de verdad. ¿Por qué Marina puede poner de lado sus principios -matar es malo- mientras nos reímos y hacemos chistes literarios? ¿Por qué Marina no está ofendida conmigo, disgustada y hasta asqueada, porque sabe que como vacas, uso cuero, y lo disfruto?
Pienso entonces en mis principios, y me acuerdo de otra historia de la Natalya de 16 años de la que no estoy muy orgullosa. Uno de mis principios más arraigados es que las drogas son malas. Para evitar debates innecesarios, las "drogas" que son malas no incluyen ni el licor ni el cigarrillo en mi argumento. Entonces, de nuevo: por principio, no consumo drogas (porque son malas). Por principio, intento no relacionarme con personas que consumen drogas. Pero, ay, Natalya de 16 años... La Natalya de 16 años, que por principio ni consumía drogas ni se relacionaba con gente que las consumiera, estaba perdidamente enamorada de uno de los consumidores de droga más conocido de la ciudad. Una noche, peleando con mi hermana (tendría ella 11 años en ese entonces), para insultarme, dijo, "Al menos yo no estoy enamorada de un drogadicto." Lo que pasó a continuación aún me avergüenza. La empujé contra la pared, la tomé del cuello, y le dije, "Métete conmigo todo lo que quieras, pero no te metas con XX." ¿Qué tal? ¿Qué tal, ah? Qué tal esa agresividad mía, defendiendo a un tipo que sí, en efecto, en serio, era drogadicto. Y yo lo sabía. Todo el mundo lo sabía. Yo lo sabía porque el tipo me lo dijo. Y aún así lo defendí. ¿Qué te pasó, Natalya de 16 años? ¿Dónde estaban mis principios?
Digamos que era una adolescente enamorada.
Pero entonces, en la universidad fui novia de un judío que -oh sorpresa- era vendedor de marihuana. En mi defensa, me enteré como al mes de estar saliendo con él. Y, ¿qué hice? Seguí saliendo con él. Mi forma de racionalizarlo fue, "Ay, es tan divino. A mi nunca me ha ni ofrecido. Él me respeta." Bueno, esa divinidad se acabó una noche, y esa misma noche nuestra relación.
Qué pasó con mis principios, ¿ah? ¿Qué pasa con los principios de Marina?
Mis principios siguen evitando que consuma drogas, incluso hoy a los 30 años. Mis principios me siguen alejando de gente que consume droga. Pero uno crece, y eventualmente se entera de que gente cercana a uno consume droga por diversión. "Pero no siempre, Naty, solo a veces, y en situaciones controladas." Y ahí entonces mi cabeza se vuelve loca y mis principios se alborotan. En serio, en serio creo que las drogas son malas. En serio, en serio no quiero relacionarme con gente que consume droga - ni aunque sea "a veces" y ni aunque sea "controlada." Pero es gente buena, a quien quiero mucho, a quien conozco... ¿entonces?
¿Son temporales los principios? ¿Puede Marina dejar sus principios de lado cuando sale conmigo? Yo intento que los planes no siempre sean de comer, y que si sí hay que comer, que sea en restaurantes vegetarianos o con opción vegetariana. Yo intento pedir sopas o pasta o pizza en vez de carne cuando estoy con Marina. Igualito, igualito son mis amigos conmigo: me conocen y no consumen droga frente a mi; es más, me he enterado por accidente, porque mis amigos que consumen drogas me conocen y me respetan y no me ofrecen ni me cuentan. Qué divinos mis amigos, igualitos al judío.
¿Será que los principios se acomodan a las amistades? ¿Será que uno puede dejar de lado las normas o ideas fundamentales que rigen su pensamiento o conducta para pasar un rato agradable con los amigos? Yo no sé. Obviamente yo lo hago. Obviamente Marina lo hace conmigo. ¿Será que hay unos principios más importantes, o más fuertes que otros? Mientras yo era abiertamente declarada agnóstica, mi mejor amiga en la universidad, Amanda, era cristiana creyente al 100% (a Bible-thumpin' Southern Baptist in the heart of the Bible Belt), segura de que ella iría al cielo porque había encontrado la salvación en el Señor Jesucristo y que yo, por consiguiente... este... iría a otra parte donde hace mucho calor. Amanda cree en eso, cree en la Biblia, cree en el cielo y en el infierno. Yo no. ¿Cómo puede Amanda ser amiga mía, todavía hoy? Ella nunca ha tratado de convertirme, ni yo a ella. Nos respetamos. Pero somos tan diferentes...
He pensado mucho en esto. He estado tratando de encontrar cuáles son mis principios. Tiene que haber algo en lo que yo crea, que yo tome como norma o idea fundamental. Complicado, porque si bien creo que matar es malo, estoy a favor de la pena de muerte y del aborto. Creo que uno se casa una vez y es para toda la vida, pero veo parejas que son más felices en el segundo matrimonio, o el tercero. Creo que hay que seguir las leyes, pero a veces la burocracia de la legalidad hace la ilegalidad más factible y razonable (ese es otro blog). ¿Entonces? ¿Soy acaso un ser sin principios?
No sé, la verdad, no sé. Este es un cuento complicado. De pronto mi principio radica en la importancia de las amistades por sobre cualquier ideología. O quizá eso solo es una excusa para no buscar nuevos amigos.
Hola Nataya. Yo creo que los principios son personales y al ser personales solo te rigen a ti y a tu camino y destino y debe porque ser impuesto en los demás. Por ende, mi papa por ejemplo, cree en los espiritus y en los fantasmas, yo no, pero pues como dices, yo no trato de convernserlo de lo contrario ni el tampoco a mi, porque las creencias y los principios son propios y tal como la libertad, esta llega hasta que interrumpe la libertad y principios de otros. En conclusión creo que eres una mujer de principios, es más de lo poco que te conozco puedo decir que se nota que tienes principios furtes y es dificl que des el brazo a torcer con tus principios y creencias, solo que eres racional e inteligente y respetas los principios yc reencias de lso demás como esperas que los demás respeten las tuyas
ResponderBorrarAy oye :-) no hay nada en el mundo que me guste más que leer que soy inteligente :-) jajaja! Gracias!! Pero en serio, hey, fuera de chiste: cuál es uno de TUS principios???
BorrarTengo 3 principios basicos, 2 de los cuales me hicieron ser un "nice guy" lo que me ha puesto a sufrir muchas veces pero que aun así cuando cumplo con seguir los principios hace que me sienta bien aunque sepa que después puede que me "muerda el trasero". El primero fue el que ya te mencioné, todos tienen la libertad de hacer cons us vidas lo que quieran siempre y cuando no trasgredan las libertades de los demás. Trata a los demás como quisieras que te tratan a tí y nunca hay que rogar ni tampoco aceptes que te ruegen
BorrarYo voy hacer un poco más directo, más frío, algo más alemán. Creo a igual que crespo que eres una mujer de principios, quizás demasiados. Una persona de principios y moralidad arraigada son personas de un carácter complicado, por ende es posible que seas muy complicada, en lenguaje llano, jodida.
ResponderBorrarTienes 30 años, de los cuales la gran mayoría vividos en la tierra de la paz y a tolerancia como Colombia, exactamente en la región más tranquila, pasiva y poco temperamental como la costa (todo esto es ironía claro esta) donde las opiniones contrarias tienden a un nivel de rechazo dantesco. Por tanto creo que no es que no tengas principios y valores, creo que la palabra más adecuada sería madurar.
Si querida, estás madurando, ya no miras tus "principios" ya no intentas razonar desde lo que te enseñaron de pequeña, mamá y familia están a 20.000 Kilometros mínimo, tienes un bonito anillo en tu dedo y en la cabeza la idea de estar viviendo una aventura, estás madurando y ahora sabes que la gente puede tener sus ideas y principios sin sentir esa necesidad de juzgar o pensar que esas otras "mentalidades" están condenadas al abismo de lo personal.
Aún así eres muy difícil, no se lo vas a poner fácil a la vida, vas a ir en contra de la naturaleza, en contra de la libertad y de la creatividad, porque seguirás justificando "lo absurdo" y preguntándote si tienes principios simplemente por dejar a los otros SER.
Wow, este comentario es un post en sí mismo!!
BorrarMe gustaría conocer uno de tus principios - así como para seguir la discusión :-)
BorrarAquí poniéndome al día con tus posts sólo tengo que decir que mi principio principal es: vivir y dejar vivir.
ResponderBorrarComo vegetariana tampoco tengo problema compartiendo con gente omnívora, siempre y cuando no intenten arrastrarme a comer carne otra vez, ni mucho menos intenten darme carne en la boca. Simplemente no veo la necesidad de que hagan eso, a ti jamás te embutir índice un broccoli, por ejemplo. Acepto el hecho de que la gente piense diferente y de que ignoren mis razones para ser vegetariana, cada quien es libre de comer lo que sea, si una necesidad fisiológica al fin y al cabo. Lo que sí no puedo aceptar es que maten por diversión (llámese corridas de toros, peleas de gallos, etc...), porque no veo esa necesidad ahí. Por eso no me junto voluntariamente con personas que practiquen esas cosas... Sólo con gente de mi familia que lo hace, sólo porque toca y muy de vez en cuando.... En fin, los principios se pueden tornar algo muy complejo, no sé.
Me gusta ese principio. Creo que lo voy a "plagiar" :-)
BorrarPosteé con el celular... Aún no manejo bien esto del autocorrect, sorry
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