E n un rincón resguardado de la Sierra Nevada de Santa Marta, donde los rayos del sol acarician con delicadeza las hojas verdes de los cafetos, termina una historia que trasciende el aroma inconfundible del café de Colombia. Aquí, en esta edición limitada, se entrelazan los hilos de bienvenidas y despedidas, tejiendo una narrativa intémpore que llega a tus manos en esta bolsa de café. En el telar de la historia de nuestra finca, en el año 2016, dimos luz verde a la siembra de una nueva variedad de café: la variedad típica. Esta es una de las variedades más antiguas del mundo, y se diferencia del Café Isabelita que ya conoces por sus notas florales, de jazmín, de citronela, con cuerpo sedoso y notas dulces a polen. Esta edición limitada no es solo la última cosecha de esta variedad típica, es un poema en cada grano, una oda al esfuerzo y la pasión que ha impregnado nuestras fincas desde el día en que decidimos desafiar las fronteras de lo convencional. Cada bolsa, marcada y numerada a
Yo siempre he sabido que soy la hija preferida de mis papás. Es una verdad científicamente comprobada. No es subjetiva y no está abierta a discusión. Para mi, por ejemplo, siempre se ha hecho un plato diferente en todas las comidas; todavía se hace cuando voy a la casa de visita. Yo, por ejemplo, tuve cuarto sola y cama sola de primero, antes que mi hermana. Yo me ponía la ropa que yo quisiera ponerme. Mis papás me mandaban de vacaciones a donde yo quisiera ir. Mi mamá se metía a la piscina conmigo. Me papá me llevaba a trabajar con él. Queda claro, entonces, que fue, y sigue siendo, mi pobre hermana la que tuvo la atención y el amor de mis papás como "segundo plato." Ahora que tengo hijos yo, quiero no cometer los mismos errores de mis papás; no quiero que Rolf se siente preferido sobre Christoph, ni que Christoph sienta que Rolf es el preferido. Entonces compramos dos de todo, tratando de que sea del mismo color para que no haya ni la más mínima posibilidad de sentir