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Mostrando las entradas de marzo, 2011

Al que no quiere caldo...

A mi amiga Diana Visbal no le gusta el caldo. Yo amo el caldo. Cada vez que me acuerdo de la frase, Al que no quiere caldo, le dan dos tazas , me acuerdo de ella. Porque yo siempre he pensado, ¿a quién rayos no le gusta el caldo? ¡Uno siempre quiere dos tazas! Pero bueno. Al que no quiere caldo le dan dos tazas. Ahí no hay nada que explicar, ¿cierto? Ese tipo de dichos me encantan; los de mi papá son más abstractos, como lo que's pa'l perro no se lo come el gato ; y los de Honey son todos filosóficos - por lo que me refiero que uno tiene que meterse en semejante interpretación filosófica para entenderlos, como ese que le encanta a él, del cuero se hacen las correas . Todavía no entiendo lo que quiere decir, y ni en contexto logro encontrarle el sentido, pero ajá. Al que no quiere caldo le dan dos tazas. Eso es como a mi, que me encanta el sol y el calor, y me vine a Alemania, al norte de Alemania, donde no hay ni sol ni calor. Y si sí lo hay, dura muy poquito. Nunca es sufi

Mokkabraun

El cambio es necesario. Lo único constante es el cambio, argumentan algunos filósofos, pero ese no es mi punto. Mi punto es que el cambio llevado a cabo de manera consciente y deseosa es necesario. La posibilidad de estancarse es demasiado grande y aterradora. Y no me refiero al cambio sólo por cambiar. No hay nada de malo con esos jeans que te quedan apretaditos y bonitos, y que además son cómodos; no hay que cambiarlos sólo porque hay que cambiar. Pero cuando ya el roto no es sexy sino vergonzoso, hay que cambiar. No hay nada de malo con ese sofá que aguanta la siesta del medio día. Pero cuando el tejido de flores ochenteras ya ni color tiene, y son más los hilos rotos que los cosidos, hay que cambiar. El cambio es bueno. A mi me encanta. Yo por mi cambiaría anualmente, o con mayor frecuencia. Pero eso ya dice algo de mi inconformidad y mi incapacidad de adaptarme. Yo no soy el modelo a seguir. Pero sí insisto que el cambio es necesario. En mi época universitaria (frase que me va

Debería haber una mejor palabra para "sentimientos"

No se me ocurre una mejor palabra, pero alguien se la debería inventar. Ojalá alguien de la Real Academia me esté leyendo (y si sí me están leyendo, por favor infórmenme a qué dirección de correo electrónico les puedo hacer llegar mi hoja de vida para ser dueña y señora de las reglas de la lengua española) y se invente una. Estos son mis requisitos para la nueva palabra (son requisitos, solicitudes respetuosas, hasta que me nombren dueña y señora de la lengua española, momento en el cual mis requisitos serán deberes y leyes de todos mis subalternos): (1) tiene que tener una sílaba que implique es personal; es decir, algo que implique que le pasa a una persona y que es intransferible, y que por eso mismo también no tiene que tener sentido para el mundo externo. Es algo de uno mismo para uno mismo. Auto algo me suena como bien. (2) tiene que tener una sílaba que implique que no tiene que ser necesariamente un sólo sentimiento en un sólo momento; es decir, es perfectamente aceptable e

Unas por otras...

Ayer tuve una experiencia particular. Particular, porque todavía no he logrado quitarme las "malas" costumbres, aquellas donde cuando alguien extraño se acerca demasiado una agarra la cartera con ambas manos, acelera el paso y esquiva la mirada por protección. Particular, porque aunque estoy preparada para que esto pase, no puedo aún salir de mi asombro de que haya pasado - por lo que realmente puedo ver que no estaba tan prepara para que pasara como yo creía. Esto mismo me pasó en España, y en esa ocasión no estuve preparada. Y fue esta la tragedia que aconteció esa perfecta noche madrileña del verano pasado: Estábamos en La Gran Vía, practicando junto con otras miles de personas para el próximo concierto de Kylie Minogue. Estaba con Marissa (quien practicaba -sin éxito- su acento barranquillero), con Karime (que no es ella, son sus nalgas), y con Tatiana, mi compatriota. Estando ahí, sentadas en el pasto, tomando Mojitos como si fueran agüita, decidí explayarme en e

test

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Del buen suceso que tuve en la espantable y jamás imaginada aventura de los molinos de viento, con otros sucesos dignos de felice recordación

Y fue así como, a las 5 de la madrugada, ya estábamos camino a Bremen - igual que, una madrugada de principios del siglo XIX, quizá también a las 5, un burro partió de su hogar para huir a la muerte, "porque en cualquier parte de puede encontrar algo mejor que la muerte", camino a Bremen. Yo no partía precisamente de la muerte, pero sí de una migraña que esperaba se quedara esperándome en Kiel. La muy descarada, similar al perro, luego al gato y al gallo, me acompañó en todo el camino. En algún momento de lucidez - o quizá fue precisamente en algún momento de no lucidez, en el momento cuando el alba comienza a tomar posesión del momento y la noche comienza su lenta retirada, no sin hacerlo a regañadientes y con fuertes y pesadas nubes que impiden el paso de los nacientes rayos de sol - a lo lejos divisé gigantes. Gigantes contra los que había que batallar, claro, para dejar en libertad a los aldeanos de estos fríos territorios germánicos, claramente atemorizados por el llan

¿Qué es lo que importa?

Hoy tuve una epifanía. Un momento eureka. Un verdadero autoanálisis. Una verdadera instrospección. Hoy me di cuenta que si bien a veces el fin sí justifica los medios, yo estoy totalmente enfocada en los medios para ver que el fin si tenga algo de validez. Especial y específicamente cuando "los medios" son por escrito y "el fin" es la idea del mensaje leído. Para no quitarle validez ni seriedad a mi epifanía, voy a evitar mencionar mi fuente y voy a hacer parecer que fue una comunicación directa entre un ser humano y yo, y más nadie: una amiga me mandó un link a un artículo. Pasó algo ridículo, digno de burla eterna, de preguntas existencialistas sobre por qué hay gente así, y sobre cuestionamientos a la teoría de la supervivencia del más apto de Charles Darwin. El artículo trataba sobre un sujeto que introdujo su pene en una botella, y se le quedó atrancado ahí. El artículo da para mucho, hay una infinidad de puntos a tratar con respecto a lo ocurrido... Pero

Mi obsesión con el primer-mundismo es natural

En los últimos días me he dado cuenta que mi obsesión con el primer-mundismo es natural. Natural , digo yo. Y no me refiero a que sea algo normal, natural, que yo esté obsesionada con este tema; sino que lo que me obsesiona de este tema es la falta de cosas naturales  que hay por acá. Igual las hay por allá, la falta de cosas naturales, quiero decir. Pero como allá somos "pobres", pobrecitos nosotros, entonces nos toca sacrificarnos y sufrir comiendo sin conservantes. Allá somos pobres. Cuando en un pueblo o en una finca llega alguien de visita, se mata una gallina pa' un sancocho. Pobrecitos nosotros. Una gallina sin conservantes, sin preservantes, sin E150 ni Amarillo5. Ni con caldo Maggi, porque como somos pobres, de eso no hay en el pueblo. Se le echa a ese sancocho lo que se pueda: papa (varias de más de 1500 especies de papa que hay en nuestro pobre país), yuca, ñame, plátano maduro, plátano verde, mazorca--y qué se yo. Y aguita pa' que espese ese caldo, no, p

Se me olvida cómo se llama...

¡Se me olvida cómo se llama porque tiene muchos nombres! Pero hoy las vi en el supermercado y me antojé, sólo que no tenía ni idea de qué estaba antojada... es difícil saciar un antojo cuando no se puede identificar. Lo cual es raro, porque las vi, entonces mi mente asoció esa imagen a textura, a un sabor, y se me hizo agüita la boca. Y cuando me dije a mi misma (en voz alta, lo cual es raro...), "Uy, qué rico sería una--" me quedé en blanco. Me quedé en blanco porque no tengo ni idea cómo se llama. Pero sé que es un sustantivo femenino... raro cómo puedo saber eso sin saber cómo es que se llama. En Bogotá le dicen corazones , lo cual me parece muy lindo. Pero así no se llaman (porque los nombres de verdá verdá de todas las cosas nacen en la Capital de la República del Atlántico). En alguna otra parte le dicen orejas de elefante --creo que son los paisas, no estoy segura. Creo que una amiga paisa les dice así... Pero es cute , y creo que algunos gringos les dicen Elephant e

¡Cómo hemos crecido!

Este año marca la primera década de muchas cosas: hace 10 años me gradué del colegio; hace 10 años me fui de mi casa; hace 10 años conocí a mis mejores amigos; hace 10 años me siento adulto. Qué carrandanga de tiempo ha pasado. Y es inevitable ver cómo estamos, y aunque Tico diga que las comparaciones son odiosas (porque lo son), me encuentro mirando a mi alrededor (figuradamente--es decir, sí estoy volteando la cabecita, pero no hay nadie, están todos en mi imaginación) y viendo en qué estamos. Hace 10 años los pilotos ya empezaban sus carreras. Hoy a ambos les pagan por hacer lo que los hace felices: volar aviones--pero de verdá verdá, no de control remoto, como lo hacían hacía 20 años. Uno de los pilotos está casado y es papá. Herzlichen Glückwünsch! Hace 10 años el aficionado a los deportes y fiel seguidor del Junior, Tu Papá, se metió a estudiar una carrera que produce $$, y le valió la pena, porque hoy está en Europa haciendo la maestría que une sus dos pasiones: $$ y deport

GalleTráfico

Acabo de iniciar un nuevo negocio. Es algo ilegal--porque es que el tráfico de lo que sea generalmente no es una importación/exportación legalmente sancionada por ambas partes, sino más bien alguito que se hace por debajo de la mesa para lograr mayores beneficio$. Pero en este caso, mis beneficio$ no tienen nada que ver con $, sino con beneficios de verdá verdá: el placer. A partir de ya, empiezo con mi negocio de Tráfico de Galleta Griega: el GalleTráfico. Así funciona mi negocio: mi mamá compra la mercancía (la Galleta Griega) al por mayor; es decir, compra en vez de uno, dos paquetes. Y me los guarda en la casa. Y cada vez que alguien viaje de Colombia a Europa-- cualquier parte de Europa --me hace el dos de hacerme llegar la mercancía. Como yo soy tan magnánima y comprensiva, yo entiendo que la Galleta Griega no me va a llegar perfectica, entiendo que me va a llegar hecha migas. Eso no es problema ni de mi proveedora (mi mamá) ni de mi "mula" (el que me hace el cruce

Hasta los alemanes están cansados de este clima...

Cuando el invierno comenzó más temprano de lo normal en noviembre del año pasado, los alemanes lo tomaron como un augurio de que el invierno terminaría más temprano. Mentiritas. Este invierno no termina nunca. Ben Wettervogel (Ben Ave-del-Clima) insiste todas las mañanas en que el sol va a salir eventualmente. Bueno, tiene razón en cierta forma: el sol siempre sale, el cuento es que a veces el cielo está tan, pero tan nublado que puede salir el sol muy bonito y muy brillante, pero no se ve. Me gustaría que el viejo Ben me dijera, "A ver, vieja Nata, el sol sí va a salir, pero va a estar tapao por nubarrones, entonces no te me emociones, ¿sí, mi reina?" Porque Ben es cojteño  y por ende debe hablar como tal, ¿no? Ben me miente todas las mañanas. Este invierno no termina nunca. Tengo una amiga, colega bloguera (¿bloggera? ¿blogguera?), que me dice que ya están floreciendo sus flores, y que presiente que ya se termina el inverno. Mentiritas. Yo estoy segura que esta es una c