A mi amiga Diana Visbal no le gusta el caldo. Yo amo el caldo. Cada vez que me acuerdo de la frase, Al que no quiere caldo, le dan dos tazas , me acuerdo de ella. Porque yo siempre he pensado, ¿a quién rayos no le gusta el caldo? ¡Uno siempre quiere dos tazas! Pero bueno. Al que no quiere caldo le dan dos tazas. Ahí no hay nada que explicar, ¿cierto? Ese tipo de dichos me encantan; los de mi papá son más abstractos, como lo que's pa'l perro no se lo come el gato ; y los de Honey son todos filosóficos - por lo que me refiero que uno tiene que meterse en semejante interpretación filosófica para entenderlos, como ese que le encanta a él, del cuero se hacen las correas . Todavía no entiendo lo que quiere decir, y ni en contexto logro encontrarle el sentido, pero ajá. Al que no quiere caldo le dan dos tazas. Eso es como a mi, que me encanta el sol y el calor, y me vine a Alemania, al norte de Alemania, donde no hay ni sol ni calor. Y si sí lo hay, dura muy poquito. Nunca es sufi
a veces, por mucho que intentemos, es imposible sacarnos la realidad de la cabeza...