Hoy tuve una epifanía. Un momento eureka. Un verdadero autoanálisis. Una verdadera instrospección. Hoy me di cuenta que si bien a veces el fin sí justifica los medios, yo estoy totalmente enfocada en los medios para ver que el fin si tenga algo de validez. Especial y específicamente cuando "los medios" son por escrito y "el fin" es la idea del mensaje leído.
Para no quitarle validez ni seriedad a mi epifanía, voy a evitar mencionar mi fuente y voy a hacer parecer que fue una comunicación directa entre un ser humano y yo, y más nadie: una amiga me mandó un link a un artículo. Pasó algo ridículo, digno de burla eterna, de preguntas existencialistas sobre por qué hay gente así, y sobre cuestionamientos a la teoría de la supervivencia del más apto de Charles Darwin. El artículo trataba sobre un sujeto que introdujo su pene en una botella, y se le quedó atrancado ahí.
El artículo da para mucho, hay una infinidad de puntos a tratar con respecto a lo ocurrido...
Pero yo no pude hacer nada más que ver una blasfemia, una tragedia, un error de aquellos que dan es hasta náuseas: el autor escribió embase. Y ya yo no me pude concentrar.
Por un lado, me doy todos los créditos y palmaditas en la espalda, ya que mi amiga, a quien considero una interlocutora más que válida, no se percató de semejante sacrilegio. Es que claro, qué tipo de incompetente, de idiota, de analfabeta, escribe embase. (Querido lector, si no se ha dado cuenta dónde radica el error, deje de leer este Post. Ahora.) Procedí a burlarme del reportero, del corrector que no se la pilló, del editor que permitió que eso pasara, y de mi amiga, que ni se dio por enterada.
Y ahora, ya sentada en mi cama sin las presiones de impresionar a nadie con mis habilidades sobrenaturales de edición y corrección ortográfica y gramatical, me pregunto: ¿qué es lo que importa? En este caso la pregunta sobra, porque el artículo es una muestra triste de lo que el Internet ha logrado con el periodismo: la necesidad de noticias de última hora nos han obligado a sacar noticias de donde no existen. Pero no puedo evitar pensar en qué cantidad de cosas me he perdido porque un error no me deja ver más allá.
Un amigo (de nuevo, para darle credibilidad a la fuente voy a tergiversar el escenario) me mandó otro link, en el que se contaba sobre un asesinato en un pueblo--pero la introducción hablaba de un mimo con una lágrima pintada en la cara. ¿Qué rayos tiene que ver un mimo, con o sin lágrima, en la escena de un crimen? ¿Es que acaso el incompetente reportero no encontró nada de la más mínima validez policíaca para destacar? O es que, quizás, el reportero lo que pretendía era precisamente dar un lado más humano a la escena del crimen, y más bien mostrar la falta de sincronización espacio-temporal del crimen...
¿Qué es lo que importa?
¿Que el mensaje esté bien dicho, bien redactado, bien escrito, bien argumentado, bien presentado, bien estructurado? ¿O que el mensaje llegue, que trasmita los hechos o las emociones, según aplique?
Por supuesto lo ideal sería que tuviera ambos, ¿no? Pero ahora que nos movemos cada vez más y más rápido hacia el mundo del twiteo, de 140 caracteres o menos, pa' que los lectores sí nos lean, y sin tildes porque en el BB son complicadas, y sin comas ni puntos porque ocupan caracteres, y más bien con :-) o con :-( para que sí nos entiendan, no puedo esperar que la gente sepa que las palabras terminadas en -n, -s o vocal, con acento en la última sílaba, se llaman palabras agudas, ni mucho menos que pongan la bendita tilde (o no). Si el mismo Maestro García Márquez escribe setiembre y dice que la ortografía no sirve de nada (y él ya se ganó el Nobel...), ¿qué puedo esperar yo de mi generación, o las que nos siguen?
Lo cual me trae de regreso a mi punto: ¿qué es lo que importa? Importa el mensaje, o importa cómo está ese mensaje redactado...
Claro que todo tiene su escenario, ¿no? En el ámbito académico, la perfecta coyuntura entre "fin" y "medio" son esenciales para el éxito. Pero para una simple conversación amistosa, para un simple momento de entretenimiento, ¿vale la pena que yo no pueda reírme del idiota que metió su pene en una botella, o que no termine de leer el artículo sobre el asesinato (asumiendo que me interesa...), porque hay un embase o un mimo con una lágrima negra de por medio?
A veces tengo que dejar tanta intelectualidad de lado.
Pero si lo hago, entonces no soy yo. No soy realmente yo.
Por lo que vuelvo a mi pregunta: ¿Qué es lo que importa?
Para no quitarle validez ni seriedad a mi epifanía, voy a evitar mencionar mi fuente y voy a hacer parecer que fue una comunicación directa entre un ser humano y yo, y más nadie: una amiga me mandó un link a un artículo. Pasó algo ridículo, digno de burla eterna, de preguntas existencialistas sobre por qué hay gente así, y sobre cuestionamientos a la teoría de la supervivencia del más apto de Charles Darwin. El artículo trataba sobre un sujeto que introdujo su pene en una botella, y se le quedó atrancado ahí.
El artículo da para mucho, hay una infinidad de puntos a tratar con respecto a lo ocurrido...
Pero yo no pude hacer nada más que ver una blasfemia, una tragedia, un error de aquellos que dan es hasta náuseas: el autor escribió embase. Y ya yo no me pude concentrar.
Por un lado, me doy todos los créditos y palmaditas en la espalda, ya que mi amiga, a quien considero una interlocutora más que válida, no se percató de semejante sacrilegio. Es que claro, qué tipo de incompetente, de idiota, de analfabeta, escribe embase. (Querido lector, si no se ha dado cuenta dónde radica el error, deje de leer este Post. Ahora.) Procedí a burlarme del reportero, del corrector que no se la pilló, del editor que permitió que eso pasara, y de mi amiga, que ni se dio por enterada.
Y ahora, ya sentada en mi cama sin las presiones de impresionar a nadie con mis habilidades sobrenaturales de edición y corrección ortográfica y gramatical, me pregunto: ¿qué es lo que importa? En este caso la pregunta sobra, porque el artículo es una muestra triste de lo que el Internet ha logrado con el periodismo: la necesidad de noticias de última hora nos han obligado a sacar noticias de donde no existen. Pero no puedo evitar pensar en qué cantidad de cosas me he perdido porque un error no me deja ver más allá.
Un amigo (de nuevo, para darle credibilidad a la fuente voy a tergiversar el escenario) me mandó otro link, en el que se contaba sobre un asesinato en un pueblo--pero la introducción hablaba de un mimo con una lágrima pintada en la cara. ¿Qué rayos tiene que ver un mimo, con o sin lágrima, en la escena de un crimen? ¿Es que acaso el incompetente reportero no encontró nada de la más mínima validez policíaca para destacar? O es que, quizás, el reportero lo que pretendía era precisamente dar un lado más humano a la escena del crimen, y más bien mostrar la falta de sincronización espacio-temporal del crimen...
¿Qué es lo que importa?
¿Que el mensaje esté bien dicho, bien redactado, bien escrito, bien argumentado, bien presentado, bien estructurado? ¿O que el mensaje llegue, que trasmita los hechos o las emociones, según aplique?
Por supuesto lo ideal sería que tuviera ambos, ¿no? Pero ahora que nos movemos cada vez más y más rápido hacia el mundo del twiteo, de 140 caracteres o menos, pa' que los lectores sí nos lean, y sin tildes porque en el BB son complicadas, y sin comas ni puntos porque ocupan caracteres, y más bien con :-) o con :-( para que sí nos entiendan, no puedo esperar que la gente sepa que las palabras terminadas en -n, -s o vocal, con acento en la última sílaba, se llaman palabras agudas, ni mucho menos que pongan la bendita tilde (o no). Si el mismo Maestro García Márquez escribe setiembre y dice que la ortografía no sirve de nada (y él ya se ganó el Nobel...), ¿qué puedo esperar yo de mi generación, o las que nos siguen?
Lo cual me trae de regreso a mi punto: ¿qué es lo que importa? Importa el mensaje, o importa cómo está ese mensaje redactado...
Claro que todo tiene su escenario, ¿no? En el ámbito académico, la perfecta coyuntura entre "fin" y "medio" son esenciales para el éxito. Pero para una simple conversación amistosa, para un simple momento de entretenimiento, ¿vale la pena que yo no pueda reírme del idiota que metió su pene en una botella, o que no termine de leer el artículo sobre el asesinato (asumiendo que me interesa...), porque hay un embase o un mimo con una lágrima negra de por medio?
A veces tengo que dejar tanta intelectualidad de lado.
Pero si lo hago, entonces no soy yo. No soy realmente yo.
Por lo que vuelvo a mi pregunta: ¿Qué es lo que importa?
Natal... hay un refrán que dice "lo que natura te da..." algo mas que no me se, pero hace referencia a la herencia. Mijitica, tu eres nieta de doña Alycia, la vieja Lycho, la NiñAly, la Ma-licia... ni modo. Cuando prentas ¿Qué es lo que importa? Well... todo importa. Me gustó.
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