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de drogas y nazis

El único momento en el que me arrepiento de haberme ido de mi casa, es cuando me siento impotente. Me sentí impotente cuando me atracaron en Augusta y yo, por miedo a ser deportada (mi temor eterno), no reporté mi robo a la policía; me sentí impotente en Tailandia, cuando me ordenaron que no mirara a los hombres a los ojos, porque los hombres son superiores a las mujeres; y me sentí impotente hoy, cuando fuimos verbalmente abusados por un policía alemán.

Últimamente ha habido un retén de la policía en el camino a nuestra casa. Nosotros tenemos una motico, para la que tenemos todos los papeles, entonces realmente no estamos nerviosos ante el retén, sino más bien aburridos porque toca bajarse, mostrar papeles, esperar, y luego seguir. Es la misma pereza que le da a cualquier persona ante un retén en cualquier parte del mundo. Ya a Honey lo habían parado una vez antes, y todo salió perfecto, como debe ser, porque tenemos todo al día, como debe ser.

Hoy Honey se encontró con el mismo retén. Con la misma tranquilidad y pereza de siempre, esperó su turno, y mostró sus documentos. Su cédula alemana, como toda cédula, dice que él nació en Colombia. El policía decidió meterle conversación a Honey.

"Colombiano, ah? Fijo tienes drogas, no?" --> hablándole de "tu", lo cual no es normal. El tuteo implica una confianza casi familiar.

"Colombiano, sí, nacido en la capital, Bogotá, pero sin drogas" respondió Honey.

"¡Hey, pilas, este tipo es colombiano y está cargado de drogas!", se rió el policía con sus colegas.

"Puede requisarme, Agente, pero no tengo drogas. Es más, si es que hasta dejé de fumar. Cigarrillo normal, no se imagine nada raro," dijo Honey, tratando de mantener la paciencia.

"Uy, ¡a este colombiano toca es revisarlo todo!", insistió el policía.

"Agente, requíseme, y revise la moto, yo no tengo nada de drogas. No todos los colombianos tienen drogas," dijo Honey.

El policía, ya como cansado del chistecito, le devolvió sus papeles y le dijo que podía irse, no sin antes añadir, "Tu debes ser el único colombiano sin drogas."

¿Eso qué significa? ¿Qué se supone que uno haga?

Estuviéramos en Colombia, yo no hubiera permitido que nadie, mucho menos un representante de la autoridad de mi país, me hablara de esa forma. Pero es mi país, yo conozco mis derechos, a mi no me pueden sacar de ahí. Además, si algo realmente grave pasa (que me metan presa por irreverente, o qué se yo), hablo el idioma perfecto, lo entiendo, no necesito traductor - y siempre tengo a mi papá para salvarme.

Pero en Alemania, ¿uno qué hace? Sí, Honey es alemán, él pertenece tanto a este país como ese policía mono-oji-verde; pero no hablamos el idioma perfecto, no entendemos bien las leyes, y - hablando sin pelos en la lengua - sí, sí nos da miedo tener confrontaciones que no sabemos cómo manejar.

Hablando del tema aquí en la casa, concluimos que sería como si a un alemán en Colombia (o en cualquier parte del mundo) le dijéramos, "Ah, mira, ¡ahí va el nazi! Uy, ¡que se cuiden los judíos que ahí va el nazi!" Porque claro, es que todos los alemanes son nazis, cierto, igualito que todos los colombianos somos traficantes y adictos. Es que, claro, la historia de Colombia se reduce a las drogas, igualito a como la historia de Alemania se reduce al nacional-socialismo y anti-semitismo.

Comentarios

  1. ¡Como me gusta leer lo que escribes!
    Desde Santa Marta ;)

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  2. Lo malo es que es peor para ellos que les digan nazis, que a nosotros nos digan traficantes. Creo que hasta puedes tener problemas legales si lo haces, asi que mejor nunca le digas a un alemán o aun austriaco nazi :)

    Cuando me pasa algo asi, usalmente trato de bromear también, y siempre entre la broma decirles: en Colombia se produce, ustedes la usan. Si ustedes la siguen usando, alla se seguirá produciendo. Y no, no todos somos iguales.

    Digamos que como representantes de Colombia tenemos el deber de educar a los otros de cual es la realidad del pais.

    ResponderBorrar

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