Ir al contenido principal

No pasa nada

De pronto es el gris, nublado, lluvioso y frío día alemán que me pone en este estado nostálgico, pero ajá, igual la vida pasa y las cosas pasan. Y a uno, ojalá, le pasan cosas. Alguna vez leí una conversación entre un padre y su hija (ni siquiera sé si fue en una gran obra literaria, o en alguna de esas noveletas para adolescentes que tanto me gustaba leer de jovencita): el Padre le explicaba a su hija que no le daría permiso para algo porque no quería que "le pasara nada". La hija entonces le contestó que ella esperaba que algo pasara, ya que, qué terrible sería una vida en la que no pasa nada. Y eso es cierto: la idea es que pase algo, y lo que a nosotros con nuestra "inteligencia superior" nos toca hacer es asegurarnos de que ese algo sea al menos aprovechado de la mejor manera posible.

Hace 10 años me fui de mi casa. Lo hago sonar mal: no fue que me volé ni nada de eso. Antes de graduarme del colegio apliqué a una beca universitaria en Estados Unidos y me dieron la beca; me gradué y me fui a estudiar, becada, en Estados Unidos. Eso fue lo que pasó.

Inicialmente, parecía la mejor elección que una persona de 17 años podía tomar. Es más, todavía, 10 años después (anda, grave, porque yo cumplo 23 este año... ahora la gente va a empezar a sumar y restar...), insisto en que fue la mejor decisión que una persona de 17 años pudo tomar. Pero pasó algo.

Es más, pasaron muchas cosas. Allá, en mi casa, en mi tierra, en mi país, y allá, en mi nueva casa, en mi nueva tierra. Y en las nuevas tierras en las que viví después.

Cuando me fui de mi casa, era increíblemente peligroso recorrer Colombia en carro. El último viaje que yo hice en carro con mi familia fue, uf, a mis 12 o 13 años (con María Claudia, a Medellín), y después escasamente a Santa Marta o a Cartagena, porque ajá, algo podía pasar. Ahora es una delicia viajar por tierra, y mi familia ha hecho bastantes viajes alrededor de Colombia. Sin mi. Para ellos pasó mucho, para mi no pasó nada.

Durante mi segundo semestre universitario, se murió mi Abuela materna. Yo tuve la oportunidad de "despedirme" en un viaje de afán, 4 días, y ya. No pasó nada. Pero pasó mucho: mi papá hizo las paces con mi Abuela después de 20 años de no hablarse; todos los Conejines estuvieron reunidos en Barranquilla, en el apartamento del Zona Rosa, como no lo habían hecho desde - wow, ni siquiera sé desde cuándo. 1997, ¿al regreso de Pimpy a Colombia? Todos tuvieron la oportunidad de conversar con mi Abuela y tener "cierres". Todo eso, sin mi. Para ellos pasó mucho, para mi no pasó nada.

Hubo un incidente con mi papá durante mi cuarto o quinto semestre en la universidad. Yo no pude viajar a Colombia. Y aunque me gustaría poder decir que "no pasó nada", pasó mucho, muchísimo, tanto allá para ellos como allá para mi; pero todos lo vivimos diferente. Lo que a mi me pasó fue casi como una realidad aparte, un mundo al que pertenecía pero en el que no vivía. Lo que pasó para mi no fue real. Pero para ellos, en mi casa, sí. Y todo pasó sin mi. Para ellos pasó mucho, para mi no pasó nada.

Mi BatiPrimo nació durante mi estadía en Estados Unidos. El mejor regalo que La Vida le dio a nuestra familia luego de la muerte de mi Abuela. Mariano nos devolvió a todos la sonrisa y la felicidad. Mariano salvó a la familia. La vida de todos los Chegwin ahora giraba (yo creo que sigue girando) alrededor de mi BatiPrimo. Yo lo conocí en su tercer cumpleaños, y él no tenía ni idea quién era yo. Me tenía el mismo "miedo" que le tiene un niñito a un familiar extremadamente amoroso al que nunca, jamás, en su vida, había visto. Mariano nació, creció y fue amado. Sin mi. Para ellos, para él, pasó mucho, para mi no pasó nada.

Ahora mi BatiPrimo es todo un hombrecito: 8 años, inteligente, hábil, y se está convirtiendo en una personita que ya piensa y llega a conclusiones racionales, que toma decisiones, que está empezando a darle curso y forma a su vida. Todos lo están viendo crecer, cambiar, vivir. Sin mi. Para ellos, y para él, pasa mucho, para mi no pasa nada.

Estuve presente durante el primero año de mi MiniBatiPrimo, pero me fui del país (again) antes de que él pudiera reconocerme. Ahora camina, habla, piensa, reacciona - ahora sí es divertido. Reconoce, y adora, a mis papás y a mi hermana. Él está creciendo sin mi. Para ellos, y para él, pasa mucho, para mi no pasa nada.

Salomón va a nacer dentro de poco... será otro primo que no tendrá ni idea quién soy yo. Bueno, verá fotos y me imagino que en eventuales conversaciones de algún modo u otro la "hermana de la madrina de Salomón" tiene que aparecer... sin mi. Para ellos pasará mucho, para mi no pasa nada.

Cuando vivía en mi casa, no teníamos una relación muy buena con la familia extendida. Ahora me entero que se reúnen al menos una vez al mes para lo que sea - algún cumpleaños, algún día de la madre o del padre o de alguien. Sin mi. Para ellos pasa mucho, para mi no pasa nada.

Yo he pasado por toda clase de experiencias durante los pasados 10 años - experiencias que me ha tocado compartir por e-mail, llamadas telefónicas, skype... Claro que nos hemos visto; claro que mi familia ha viajado a verme, y yo he viajado a verlos a ellos. Pero las 2 o 3 semanas que uno pasa de vacaciones en la casa no es momento para contar todo, toooodo, lo que ha pasado - bueno o malo. Esas vacaciones son momentos "perfectos" para que pasen cosas conmigo, con ellos, para que a todos nos pase algo.

Durante 10 años les han pasado cosas a ellos, y me han pasado cosas a mi. Lo que pasa es que hemos estado demasiado separados para poder disfrutarlas juntos. Demasiado ocupados, cada uno en su propia rutina, con sus propias prioridades, con su propia vida.

Yo espero que sigan pasando cosas - buenas y malas (ojalá más buenas, MUY buenas, que malas), porque de eso se trata la vida: de que pase algo.  Sólo que me gustaría no sentirme tan excluida de todas las cosas que pasan en mi casa. Porque yo soy parte de la familia, aunque no viva con ellos, soy parte de esa familia, de mi familia.

Hoy pasó algo - pasó mucho. Y me tocó compartirlo y disfrutarlo con Honey. Solamente con Honey. Y no lo digo como si Honey no fuera suficiente. Lo es. Es más que suficiente. Pero a veces, muchas veces, me gustaría poder compartir lo que pasa, y lo que no pasa, con mi familia. Porque somos una familia, somos nosotros. Pero como yo tomé la decisión de irme de mi casa hace 10 años, yo solita les di luz verde para que  me pusieran como en Stand-By. La vida sigue, las cosas pasan. Sin mi. Para ellos pasa mucho, para mi pasa mucho, pero para nosotros...

Para nosotros no pasa nada.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

de cómo nos conocimos (o, la infame historia del Bar Swinger)

Podría (debería) ser un tanto melodramática y describir la fría noche de otoño en que el universo conspiró a nuestro favor (y en contra de otros). Pero vamos, es Cajicá -- siempre hace frío. Y vamos, es Colombia -- realmente no hay temporadas. Entonces no, no. Dejemos la poesía de lado porque mucho tuvo esa noche, pero nada fue romance, nada fue amoroso, nada fue poético. A menos que la lujuria y lo carnal sean poético hoy en día. Yo salí con mi prima, él con su mejor amigo. Yo quería una noche de tragos y amigas, él (como buen gavilán pollero) iba en busca de pollitas. Yo ni me di cuenta de su llegada, él vio una mini falda y botas altas de cuero. Pero no nos adelantemos a los hechos. Esta historia es como la del Titanic, porque todos sabemos que el barco se hunde ( OMG, spoiler alert! ), pero nadie sabe cómo pasa eso. Y como toda historia, es una historia de amor. Todas las historias son historias de amor. Una noche de septiembre hace 6 años, mi prima me comentó que un amigo su

Stitch me ama

Estuvimos en Eurodisney en París la semana pasada. Fue una aventura impresionante - para mi, volver a vivir la emoción de Disney después de 14 años de no vivirla. Para Honey, descubrir a Mickey por primera vez. Si bien tuvimos una reunión privada con Mickey, con Buzz Lightyear y con Jack y Sally, tuvimos una experiencia increíble con Stitch. Resulta que Stitch se escapó de la estación espacial, robándose la nave de Capitán. Pero nosotros (Honey y yo, junto con Joaquín, el ayudante de la estación en la tierra donde podíamos comunicarnos con Stitch, y los otros tripulantes) logramos establecer comunicación satelital con Stitch. Y como la tecnología de hoy en día es maravillosa, no sólo teníamos audio, sino que podíamos vernos: nosotros a Stitch, y Stitch a nosotros. Más o menos así se veía: Stitch estaba sorprendido de ver a tanta gente en la estación, y pidió que se les presentara. Habló con un niño de Inglaterra, con una niña de Rusia, y con otra niña también de Inglater

"Brida"

Hace un par de días terminé de leerme el primer regalo que me dejó Fede, "Brida", de Paulo Coelho. Tengo que decir de frente que no soy fan de Coelho, y que definitivamente no soy fan del tema tratado en su novela--que realmente no era una novela, era más bien una corta y aburridamente redactada biografía de Brida O'Fern, una bruja irlandesa. Bueno, una hechicera irlandesa. En la edición que leí habían 258 páginas, lo que me trajo a un tiempo de lectura de 3 días. Estoy contenta de saber que no he perdido mi habilidad de lectura rápida. Si yo fuera una hechicera, creo que ese sería mi Don. Hay gente con el Don de ver espíritus, hay otros con el Don de leer la mente... "Natalya, ¿cuál es tu Don?" Ajem--diría, poniendo la frente en alto, muy orgullosa de mi Don: "Mi Don es la lectura rápida". Ja. Volviendo a Brida--en general no me gustan las biografías, ni mucho menos las que son tan cortas. Claro que el "Relato de un Náufrago" de Gabriel Ga