Ir al contenido principal

Una cosa es una cosa, y otra cosa es--

Una cosa es "a cuántos grados estamos hoy", y otra muy diferente es "a cuántos grados se siente que estamos hoy". Yo vengo de la Capital de la República del Atlántico, de Barranquilla - la Puerta de Oro de Colombia - donde el clima es lo que se siente. Si decimos que vamos a estar a 35°C, vamos a sentir que estamos a 35°C... quizá 34°C en la sombra. Pero con brisa o sin brisa, 35°C son 35°C. Ahí no hay forma de confundirse. Esa pregunta que tienen que hacerse los cachacos, "¿Qué me pongo hoy? ¿Cómo estará el día hoy?", a nosotros nunca nos toca hacérnosla. La repuesta siempre es la misma, y ha sido la misma desde que antecitos de 1813 unas vacas llegaron a pastar ahí... La respuesta es: Va a hacer calor.

A nosotros no nos toca ver el termómetro ni visitar las páginas weather.com para ver cómo va a estar el día. Sabemos que va a estar caliente. Delicioso. Perfecto. Soleado. Hermoso.

Sin embargo, yo, que soy mejor persona por tener iPhone, descargué la información del clima para Barranquilla. Lo hice cuando vivía allá. Lo hice para poder disfrutar cada instante de mi vida allá (la última vez, fueron  nada más 5 meses), y poder decir, "¡Qué rico! Va a hacer calor hoy otra vez, no como en Bogotá, que siempre hace frío..." La mínima: 24°C. La máxima: 35°C.

Lo que pasa es que la mínima es entre las 10 p.m. y las 5 a.m., porque a partir de las 5:01 a.m. ya empieza a subir un grado cada 10 minutos... y la máxima de 35°C está ya en pleno desde las 6:51 a.m., y se queda así hasta las 5:40 p.m., y ahí entonces empieza a bajar un grado cada 25 minutos. Pero de todos modos es fácil vivir en Barranquilla: no te forres mucho con ropa ni te pongas zapato cerrado - va a hacer mucho calor.

Pero esa es una cosa - y una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa. Otra cosa totalmente diferente.

Ahora vivo en Alemania, al norte de Alemania, a la orilla del mas Báltico. No he viajado mucho todavía, sólo unas pocas ciudades al norte del país; pero como buena costeña, y como buena latina, voy a generalizar y a exagerar: en este país SIEMPRE hace frío. Siempre. Todos los días, todo el tiempo. Yo ya ni sé para qué reviso wetter.de si la respuesta siempre es la misma. Mi iPhone me dice: "Mamita, deja la maricada. Ponte la pantaleta térmica, ponte las medias gruesas, ponte dos camisetas y dos sacos, porque te vas a congelar."

Pero yo no aprendo.

Nueve meses en este país, y yo no aprendo.

El sol ha empezado a salir, porque estamos en primavera. Y el sol sale, y el muy bandido tiene pura pinta de sol barranquillero, de sol de playa, de sol de irse a quemar en la azotea. Y el iPhone me dice que va a ser un día soleado, con una máxima de 17°C (y yo digo, "¡Uy! Va a hacer calor hoy."), y una mínima de 9°C.

Como buena barranquillera, yo me imagino que esos 9°C son igual que en mi casa: sólo por la noche y por la madrugada. Y que toooodo el día va a estar "calientito" a 17°C. Y me pongo sandalias (a quién estoy engañando... ¡me pongo chancletas!) y me voy de falda, sin medias ni pantaletas térmicas.

Pero yo no aprendo.

Nueve meses en este país, y yo no aprendo.

Aquí es total umgekehrt. Aquí la máxima dura un par de horas, entre las 2 y las 4 p.m., si es que; y la mínima dura toooodo el día. Para colmo de males, mi iPhone con frecuencia se equivoca, y la mínima resulta siendo 8, o incluso 7°C.

Y eso que todavía no he llegado a lo mejor del asunto -

Es que, como dije al principio, una cosa es "a cuántos grados estamos hoy", y otra muy diferente es "a cuántos grados se siente que estamos hoy". Y eso en Kiel sí tiene mucha importancia.

Puede que estemos "calientitos" a 17°C por dos horas, sentados en el sol, pero con la brisa nórdica o báltica o rusa o antártica, o qué se yo de dónde viene esta bendita brisa congelada, esos 17°C son escasamente 10°C... lo que significa que mi mínima de ique 9°C ¡se siente como 5°C!

El clima... ah, el clima... 3 años en Bogotá y no me acostumbré al frío. Y ahora, 9 meses en Kiel, y como que voy pa' las mismas.

Cuando sea grande, quiero vivir en una ciudad donde la mínima sea lo mínimo, y la máxima sea lo máximo. Es decir, en una ciudad donde una cosa sea una cosa, y otra cosa no tenga por qué ser otra cosa tan diferente.

Comentarios

  1. tienes razón aquí en Bogota el clima esta loco.
    hoy todo el día hizo mucho sol , de ese que pica , y por la tarde llovió con granizo y todo.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

de cómo nos conocimos (o, la infame historia del Bar Swinger)

Podría (debería) ser un tanto melodramática y describir la fría noche de otoño en que el universo conspiró a nuestro favor (y en contra de otros). Pero vamos, es Cajicá -- siempre hace frío. Y vamos, es Colombia -- realmente no hay temporadas. Entonces no, no. Dejemos la poesía de lado porque mucho tuvo esa noche, pero nada fue romance, nada fue amoroso, nada fue poético. A menos que la lujuria y lo carnal sean poético hoy en día. Yo salí con mi prima, él con su mejor amigo. Yo quería una noche de tragos y amigas, él (como buen gavilán pollero) iba en busca de pollitas. Yo ni me di cuenta de su llegada, él vio una mini falda y botas altas de cuero. Pero no nos adelantemos a los hechos. Esta historia es como la del Titanic, porque todos sabemos que el barco se hunde ( OMG, spoiler alert! ), pero nadie sabe cómo pasa eso. Y como toda historia, es una historia de amor. Todas las historias son historias de amor. Una noche de septiembre hace 6 años, mi prima me comentó que un amigo su

Stitch me ama

Estuvimos en Eurodisney en París la semana pasada. Fue una aventura impresionante - para mi, volver a vivir la emoción de Disney después de 14 años de no vivirla. Para Honey, descubrir a Mickey por primera vez. Si bien tuvimos una reunión privada con Mickey, con Buzz Lightyear y con Jack y Sally, tuvimos una experiencia increíble con Stitch. Resulta que Stitch se escapó de la estación espacial, robándose la nave de Capitán. Pero nosotros (Honey y yo, junto con Joaquín, el ayudante de la estación en la tierra donde podíamos comunicarnos con Stitch, y los otros tripulantes) logramos establecer comunicación satelital con Stitch. Y como la tecnología de hoy en día es maravillosa, no sólo teníamos audio, sino que podíamos vernos: nosotros a Stitch, y Stitch a nosotros. Más o menos así se veía: Stitch estaba sorprendido de ver a tanta gente en la estación, y pidió que se les presentara. Habló con un niño de Inglaterra, con una niña de Rusia, y con otra niña también de Inglater

Analizando los CantiCuentos

Yo le canto ful a #littleBabyHergett. A mi me gusta, y creo que a él le gusta. Bueno, él no tiene opción, realmente. Tengo un repertorio chévere de CantiCuentos - de esos que yo escuchaba cuando era chiquita. Pero a veces me quedo sin ideas y recurro al himno de Barranquilla, al de Colombia y al de los Estados Unidos (en ese orden de importancia), y cuando me quedo más sin ideas recurro a "Ironic" de Alanis Morissette. Y cuando la cosa está grave grave, hago un recuento de mis acciones al ritmo de la conga: " ¡Va-mos a cam-biar-nos!  ¡Va-mos a cam-biar-nos!  ¡Va-mos a cam-biar-nos! " Pobre #littleBabyHergett. No lleva ni tres meses el pelao y yo ya le he cantado las mismas canciones tantas veces que estoy casi segura que las reconoce. Y de tanto repetirlas, me he puesto a analizarlas - atención: ser literata no ayuda para nada cuando una se pone a analizar canciones que se le cantan a un bebé a las 3 de la madrugada para intentar dormirlo. Empiezo con el Negro C