Querido Guerrillero, Te escribo desde donde me encuentro muy lejos de mi mamá, de mi papá y de mi hermana menor, el día antes de navidad. Te escribo con el corazón en la mano y con un poquito de lágrimas en los ojos (porque la lloradera de mi mamá es contagiosa). Te escribo virtualmente porque tengo la esperanza de que tengas acceso a internet en algún momento (vamos, es el siglo XXI después de todo). Te escribo para invitarte a que te desmovilices. Yo nací en medio de esa guerra. Digo "en medio" y me refiero tan sólo a un medio temporal, mas no a un medio geográfico. Pero desde que nací vengo oyendo de ti, de ustedes, de todo tipo de grupos de izquierda que quieren derrocar al gobierno. Cuando la guerra se declaró hace más de 60 años, cuando la izquierda se rebeló y se paró contra el gobierno, en ese entonces, como me contaba mi abuela, en ese entonces la idea tenía sentido. Yo no le quito importancia a la Izquierda. Es necesario, vital, imprescindible que la Izquierda
a veces, por mucho que intentemos, es imposible sacarnos la realidad de la cabeza...